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lunes, 1 de julio de 2013

Aireando el corazón

Ya no resulta extraño escuchar que alguien confiese escribir poesía, como quien cuelga ropa en un tendal. Y me alegra poder oírlo. Parecía, no hace tanto, que el mero hecho de tener la necesidad de plasmar sobre un papel un sentimiento poético, era una clara muestra de rareza personal y motivo más que suficiente para marcar distancias. Sin embargo, y pese a quien pese, la poesía es un mal muy arraigado ya en los corazones de muchos; un mal cuyo único alivio es airearlo, para que no nos apolille los latidos.
De ese modo, Diversos ofreció la oportunidad de colgar poemas en el aire de la biblioteca y compartirlos como un regalo para todos los asistentes. En esta ocasión, sin necesidad ya de explicar el motivo de nuestro encuentro, la poesía quiso marcar su propio ritmo con una variedad de temática y forma preciosa: tanto Pablo Otero como Jorge Molinero (quien nos alegró con su incorporación y sus poemas satíricos), Toño Gutiérrez, Juan Carlos Urbón, Mercedes Parada y yo mismo, recitamos nuestros pequeños males, nuestras dolencias y nuestras ilusiones. Porque huir de ellas ya no nos trae a cuenta, porque la juventud se va curando con el paso del tiempo y la vejez nos devuelve a la infancia, porque los enigmas se resuelven con mil clases de besos y un Veuve Clicquot en la mano y porque, a fin de cuentas, estaremos en comunión mientras exista un motivo para amar la poesía.

La poesía no puede estar reñida con el resto de las cosas, ya que forma parte y se alimenta de ellas, de la vida en general y es, como bien sabemos, una aventura contagiosa.
Desde DiVersos quiero hacer un llamamiento a desempolvar los viejos poemas, las palabras que dieron sentido a una realidad vivida o por vivir, y sacudirlos bien alto y bien fuerte, para que llegue el viento que los transporte a un lugar donde aprendan a latir de nuevo. Eso se hace con la poesía: tenderla, quitarle la humedad y refrescarla.
Lejos de ambiciones de grandeza, el poeta está en consonancia con el resto del mundo y hace una manifestación de ello al ventilar sus dudas, sus amores, sus miedos o sus anhelos; los mismos que le otorgan la razón de seguir formándose letra a letra, poema a poema.
Gracias a todos por compartiros en cada encuentro de DiVersos. Continuemos aireando el corazón.

Crónica grupo DiVersos 31-05-13 
Luis Javier Pinar

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