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martes, 24 de diciembre de 2013

Los Sacos Rotos

Desde Dueñas, Isabel nos envía un cuento del autor Carles Cano que podemos encontrar en su libro Cuentos Para todo un Año.



LOS SACOS ROTOS 

 
Aquel año, mientras los Reyes Magos cruzaban el desierto detrás de la Estrella de Belén, hacía muchísimo calor y los camellos caminaban lentamente.
Los sacos  que llevaban en la grupa iban atiborrados de juguetes  que  estaban sudando.
Del costurero de juguete escaparon las tijeritas que dijeron:
 -Vamos a abrir una ventanita para poder respirar.
Y abrieron, no una sino muchas ventanas en los sacos. Los primeros en asomarse fueron
los libros de cuentos porque son muy curiosos, luego los animales de peluche, después las muñecas de trapo, los balones, los trenecitos, los coches de carreras y los rompecabezas.
-Mirad, mirad…hojearon los cuentos; hay dunas y palmeras, sol y sombras…¡Vamos a contarlo!
-Pero ¿qué es aquello? – se preguntó un Oso pardo enorme.
-Parecen muñecos como nosotros –informó un Payaso lleno de colores.
-Pero son negros como nosotros- dijeron los Carbones dulces .
-¡Son niños! ¡Niños como de verdad!- exclamó la Consola más informática de todas.
-¡Son niños ¡ -dijeron todos los juguetes de todos los sacos de todos los camellos.
-Pero no tienen cuentos…
-Ni juguetes.- sollozó el muñeco llorón que es quien mejor llora.
-Ni casi ropa, me parece que lo único que tienen es hambre…
-Pues si tienen hambre que me coman a mí- dijo una caja de bombones tirándose inmediatamente a la arena del desierto.
-Nosotros también vamos contigo; aunque no nos coman jugarán muy bien.
Y los libros de cuentos, y las pelotas, y las bicis, y los peluches y las muñecas, y las cocinitas y todos los juguetes que los Reyes llevaban para aquel año se lanzaron a la arena del desierto.
      Fue Baltasar quién primero se dio cuenta:
      -¡Mis sacos están vacios!
      -¡Y también los míos!- dijo Gaspar
      -Todos están vacíos porque todos los juguetes se han caído al suelo-.
      -Al suelo no, -dijo Baltasar- se han caído a las manos de los niños africanos…
Se miraron alarmados pero el rey Melchor, el más anciano, dijo:
      -Pues ahí están bien. Los niños que conocemos tienen muchos juguetesa los que apenas hacen caso.  No les echaremos nada.
        -Se van a  enfadar –dijo Gaspar.
        -Se lo explicaremos bien explicadito y lo comprenderán.

Y aquel año los niños de siempre se quedaron SIN JUGUETES. Pero sus padres les explicaron lo ocurrido y la mañana del 6 de enero rescataron los libros ya leídos y los juguetes del año pasado, y del antepasado. Y jugaron tan ricamente.  Como ricamente jugaron y leyeron los  niños del mundo que jamás habían recibido nada de los Reyes Magos.
Y colorín colorado este cuento hay que pensarlo…

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