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miércoles, 25 de marzo de 2020
martes, 24 de marzo de 2020
Exposición "Expresiones" de Julio del Val
Podéis visitar virtualmente la exposición "Expresiones" de Julio del Val que tenemos en la biblioteca
Julio del Val |
lunes, 23 de marzo de 2020
21 de marzo Día de la POESÍA
LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
(De "Cantos íberos", 1955)
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque a penas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica, qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.
Gabriel Celaya
(De "Cantos íberos", 1955)
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque a penas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica, qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.
Gabriel Celaya
lunes, 16 de marzo de 2020
La fórmula preferida del profesor de Yoko Ogawa
El otro libro que hemos leído en febrero y marzo en los clubes de lectura ha sido La fórmula preferida del profesor, de Yoko Ogawa.
Escrito en 2004, la novela supuso todo un éxito en Japón. Tanto, que desató un interés mayúsculo por las matemáticas en el país, y que le dio pie a la autora a escribir en el año 2006 Una introducción a las matemáticas más elegantes del mundo con Masahiko Fujiwara (matemático).Pero además, a raíz de la novela se hizo una versión en manga, y una película.
Durante la Muestra de Cine Internacional de Palencia, y dentro del ciclo Leer-hablar-ver que se organiza con distintos clubes de lectura de la ciudad, hemos podido ver dicha película (no estrenada en España) y comentar las diferencias entre la adaptación y la novela.
La fórmula preferida del profesor nos hace, si no amar las matemáticas, sí comprender que tienen un algo más especial de lo que pudimos intuir en el instituto; e intuir que las relaciones personales son únicas y a veces, incomprensibles.
Quizá la parte matemática a ratos se pueda hacer algo pesada, igual que algunas personas han comentado que ocurría con las alusiones al baseball, deporte bastante ajeno a nuestra sociedad, a excepción de las referencias en las películas americanas.
El escritor Kenzaburō Ōe ha dicho: "Yoko Ogawa es capaz de dar expresión a los elementos más sutiles de la psicología humana en una prosa sutil pero penetrante." La sutileza reside en parte en el hecho de que los personajes de Ogawa a menudo no parecer saber por qué actúan de la forma en que actúan. Su estilo se basa en la acumulación de detalles, una técnica quizás más eficaz en sus obras breves; el lento ritmo de desarrollo en las obras más extensas requiere algún tipo de intervención "deus ex machina" para resolver las tramas. Al lector se le presenta una profunda descripción de los protagonistas, en su mayoría, aunque no siempre, mujeres, cómo observan, sienten y razonan, reflejando la sociedad japonesa y especialmente el papel de las mujeres en ella. El tono de sus obras varía de lo surrealista a lo grotesco y en ocasiones introduce elementos humorísticos, mostrándose psicológicamente ambigua e inquietante".
POR ÓSCAR HERNÁNDEZ CAMPANO
La editorial Funambulista ha apostado por la autora creando incluso una colección completa dedicada a ella. Después de ser arrastrado a una lectura compulsiva de la novela que reseño, aplaudo la decisión del equipo de Max Lacruz.
La novela, un relato en primera persona, una sucesión de memorias o recuerdos de un ya lejano 1992, nos narra los meses que una madre soltera y trabajadora en una empresa de asistentas de hogar, pasó trabajando en casa -más bien cobertizo- de un eminente profesor de matemáticas retirado. El profesor tiene una peculiaridad -quizá sea su carácter lo que hace que nuestra protagonista sea la novena trabajadora que la empresa envía a casa del profesor-. Años atrás, en la cumbre de su carrera, sufrió un aparatoso accidente automovilístico que afectó a su cerebro, causándole una dolencia que hace que su memoria sólo dure 80 minutos. Esta circunstancia -que Christopher Nolan llevó al cine en su soberbia Memento– obliga a profesor a llevar notas cosidas a su ropa para recordarle las cosas importantes. Cada 80 minutos, su memoria retrocede al año 1975, cuando tuvo el accidente. Como en una cinta de video que graba sobre grabado, la asistenta deberá presentarse cada día y pasar de nuevo el interrogatorio al que la somete el profesor, que no la reconoce pasado ese tiempo.
La protagonista tiene un hijo de diez años que hará las delicias del profesor y con quien comparte su pasión por el baseball. Así, el profesor le enseñará matemáticas y el niño se convertirá en su amigo.
El libro trata de lo que permanece, de lo que perdura y de lo que se desvanece en el tiempo. Capa sobre capa, la memoria dura lo que somos capaces de amarrarla. Las fotografías, los cromos y las notas del profesor lo anclan a la realidad mientras que su memoria se extingue. Las verdades eternas -las fórmulas matemáticas- se contraponen al “todo fluye, nada permanece” de Heráclito. Los meses con el profesor desaparecerán en su frágil memoria pero su huella permanecerá en la protagonista y en su hijo, porque como en el baseball, el profesor golpeó sus vidas y cambió sus trayectorias para siempre.
Quizá eso sea la memoria, y la vida, fórmulas fijas y pelotas que rebotan y son golpeadas durante su trayectoria por este mundo. Quizá unas notas, unas fotografías, unos folios escritos nos den la sensación de trascendencia. Sin embargo, lo que permanece es la influencia, las enseñanzas y el cariño.
La fórmula preferida del profesor es un libro de múltiples capas y muchas enseñanzas. Es hermoso, escrito con sencillez y delicadeza; gusta, conmueve y enseña. Fue llevado al cine en Japón y consagró a su autora. Es una novela que marca, que requiere ulteriores lecturas. Es definitivamente una novela para llevarse a la isla desierta.
Escrito en 2004, la novela supuso todo un éxito en Japón. Tanto, que desató un interés mayúsculo por las matemáticas en el país, y que le dio pie a la autora a escribir en el año 2006 Una introducción a las matemáticas más elegantes del mundo con Masahiko Fujiwara (matemático).Pero además, a raíz de la novela se hizo una versión en manga, y una película.
Durante la Muestra de Cine Internacional de Palencia, y dentro del ciclo Leer-hablar-ver que se organiza con distintos clubes de lectura de la ciudad, hemos podido ver dicha película (no estrenada en España) y comentar las diferencias entre la adaptación y la novela.
La fórmula preferida del profesor nos hace, si no amar las matemáticas, sí comprender que tienen un algo más especial de lo que pudimos intuir en el instituto; e intuir que las relaciones personales son únicas y a veces, incomprensibles.
Quizá la parte matemática a ratos se pueda hacer algo pesada, igual que algunas personas han comentado que ocurría con las alusiones al baseball, deporte bastante ajeno a nuestra sociedad, a excepción de las referencias en las películas americanas.
El escritor Kenzaburō Ōe ha dicho: "Yoko Ogawa es capaz de dar expresión a los elementos más sutiles de la psicología humana en una prosa sutil pero penetrante." La sutileza reside en parte en el hecho de que los personajes de Ogawa a menudo no parecer saber por qué actúan de la forma en que actúan. Su estilo se basa en la acumulación de detalles, una técnica quizás más eficaz en sus obras breves; el lento ritmo de desarrollo en las obras más extensas requiere algún tipo de intervención "deus ex machina" para resolver las tramas. Al lector se le presenta una profunda descripción de los protagonistas, en su mayoría, aunque no siempre, mujeres, cómo observan, sienten y razonan, reflejando la sociedad japonesa y especialmente el papel de las mujeres en ella. El tono de sus obras varía de lo surrealista a lo grotesco y en ocasiones introduce elementos humorísticos, mostrándose psicológicamente ambigua e inquietante".
Los libros de la isla desierta: La fórmula preferida del profesor, de Yoko Ogawa
Los
libros hermosos, complejos, útiles, profundos, que te arrastran a
realidades que interiorizas como propias, suelen aparentar precisamente
lo contrario.
Esta novela de la afamada Yoko Ogawa, best seller en Japón, es
un objeto delicado, sencillo, aparentemente pequeño. Podría ser una
pompa de jabón, una fina porcelana o un gatito recién nacido. Es un
texto sencillo sólo en apariencia que desde el primer capítulo cautiva y
conmueve. Una historia que le valió a su autora premios en su país y la
fama mundial.La editorial Funambulista ha apostado por la autora creando incluso una colección completa dedicada a ella. Después de ser arrastrado a una lectura compulsiva de la novela que reseño, aplaudo la decisión del equipo de Max Lacruz.
La novela, un relato en primera persona, una sucesión de memorias o recuerdos de un ya lejano 1992, nos narra los meses que una madre soltera y trabajadora en una empresa de asistentas de hogar, pasó trabajando en casa -más bien cobertizo- de un eminente profesor de matemáticas retirado. El profesor tiene una peculiaridad -quizá sea su carácter lo que hace que nuestra protagonista sea la novena trabajadora que la empresa envía a casa del profesor-. Años atrás, en la cumbre de su carrera, sufrió un aparatoso accidente automovilístico que afectó a su cerebro, causándole una dolencia que hace que su memoria sólo dure 80 minutos. Esta circunstancia -que Christopher Nolan llevó al cine en su soberbia Memento– obliga a profesor a llevar notas cosidas a su ropa para recordarle las cosas importantes. Cada 80 minutos, su memoria retrocede al año 1975, cuando tuvo el accidente. Como en una cinta de video que graba sobre grabado, la asistenta deberá presentarse cada día y pasar de nuevo el interrogatorio al que la somete el profesor, que no la reconoce pasado ese tiempo.
La protagonista tiene un hijo de diez años que hará las delicias del profesor y con quien comparte su pasión por el baseball. Así, el profesor le enseñará matemáticas y el niño se convertirá en su amigo.
El libro trata de lo que permanece, de lo que perdura y de lo que se desvanece en el tiempo. Capa sobre capa, la memoria dura lo que somos capaces de amarrarla. Las fotografías, los cromos y las notas del profesor lo anclan a la realidad mientras que su memoria se extingue. Las verdades eternas -las fórmulas matemáticas- se contraponen al “todo fluye, nada permanece” de Heráclito. Los meses con el profesor desaparecerán en su frágil memoria pero su huella permanecerá en la protagonista y en su hijo, porque como en el baseball, el profesor golpeó sus vidas y cambió sus trayectorias para siempre.
Quizá eso sea la memoria, y la vida, fórmulas fijas y pelotas que rebotan y son golpeadas durante su trayectoria por este mundo. Quizá unas notas, unas fotografías, unos folios escritos nos den la sensación de trascendencia. Sin embargo, lo que permanece es la influencia, las enseñanzas y el cariño.
La fórmula preferida del profesor es un libro de múltiples capas y muchas enseñanzas. Es hermoso, escrito con sencillez y delicadeza; gusta, conmueve y enseña. Fue llevado al cine en Japón y consagró a su autora. Es una novela que marca, que requiere ulteriores lecturas. Es definitivamente una novela para llevarse a la isla desierta.
Murasaki de Julio Baquero Cruz
En febrero y marzo hemos leído Murasaki, novela de Julio Baquero Cruz, ambientada en el Japón de la época Heian (El Periodo Heian es el último periodo de la época clásica de la
historia japonesa, entre los años 794 a 1185, en el que la capital era
Kioto.
Es el periodo de la historia japonesa en que el confucianismo y otras
influencias alcanzaron su punto máximo).
La lectura de la novela del palentino Julio Baquero Cruz ha resultado en general, compleja. Probablemente, como apuntábamos en uno de los clubes, porque a veces queremos leer todo de corrido, sin hacer pausas, sabiendo quizá que tenemos una fecha límite para la finalización. Y sin embargo, este libro hay que afrontarlo con calma, ajenos a la rapidez de nuestra sociedad. Siguiendo esa teoría no del todo reconocida aún del slow movement.
Pero la reconozcamos o no, nos guste o la odiemos... no nos queda otra. Porque nuestra situación actual es la pausa. #YoMeQuedoEnCasa. Quizá tendríamos que haber afrontado este libro ahora, durante la cuarentena.
Murasaki es un libro de conocimiento y encuentro personal, de viaje interior y filosofía. Una novela donde la metaliteratura es una protagonista más: con haikus, cuentos... con poesía pura.
Por cierto, cabe destacar que el sexo es una parte muy importante del libro, y aunque se trata a lo largo del libro de una manera objetiva y delicada, incluso a pesar de la crudeza de ciertas escenas, puede llegar a incomodar en algunas ocasiones.
Actualizado:
Yo no conocía la obra literaria de Julio Baquero Cruz,
hasta que hace unos años cayó en mis manos su libro El viaje de un
nihilista (Menoscuarto, 2009), que empecé leyendo por simple curiosidad y
que en seguida me fascinó. Se trata de una novela de viajes muy
particular. El persuasivo narrador (está contada en primera persona) es
un joven que, por puro hastío, decide emplear tres semanas que tiene
libres en recorrer Europa. El nihilismo al que alude el título no es
político (el protagonista carece de los sentimientos revolucionarios de
los personajes de Dostoievski o Turguénev), sino, podríamos decir,
afectivo o existencial (esto último al modo postmoderno, sin las espinas
unamunianas o sartrianas). Su melancolía, gracias a la alquimia de la
literatura, se transforma en un relato vibrante, lleno de observaciones y
reflexiones brillantísimas, pues el personaje es un hombre culto y
sensible que, por ejemplo, es capaz de describir en pocas palabras el
espíritu de un lugar («Viena: una ciudad que se le ha quedado grande a
Austria. / Austria: un país que se le ha quedado pequeño a Viena») o de
hacernos notar los juegos de palabras que encierran algunas canciones de
Dowland.
Los lectores hemos tenido que esperar cuatro años para que Baquero Cruz haya publicado una nueva novela, Murasaki, también en la editorial Menoscuarto. El cambio respecto a El viaje de un nihilista no puede ser más radical. Baquero Cruz deja el mundo urbano europeo y la contemporaneidad y se pasa con armas y bagajes al Japón clásico, con resultados igualmente excelentes. Que nadie piense que Murasaki es una fantasía orientalizante, una «japonaiserie» decorativa: el autor no sólo recrea maravillosamente el país nipón en el tiempo de los samuráis, sino que (por lo que yo puedo juzgar) consigue el milagro de que los personajes sientan, piensen y se comporten como verdaderos japoneses. La narración discurre siempre con la lógica propia de la narrativa oriental, que es muy distinta de la nuestra, con capítulos a modo de estampas independientes, contadas con una fría objetividad y con unas elipsis que un autor occidental difícilmente se permitiría. También la psicología -y la sociología- son las propias de Japón: el sentido del deber, de la abnegación, su espiritualidad, las convenciones sociales, la forma de entender la sexualidad… Baquero Cruz demuestra un conocimiento profundo de lo japonés, casi una comunión con su cultura. El lector no tendrá la sensación de estar en una función de Madama Butterfly en la Arena de Verona, con sus «torii» de cartón fallero y las geishas con pelucones y kimonos de guardarropía, sino que descubrirá un relato del que emana tal sensación de verdad que parece escrito hace siglos y en el otro extremo del mundo. Su obra alcanza la misma excelencia literaria de Andrés Ibáñez en sus cuentos chinos de El perfume del cardamomo (Impedimenta, 2008), por citar una obra española reciente que también recrea una tradición literaria ajena. En ambos casos, si en la portada hubiera figurado el nombre de un escritor oriental, yo no habría dudado de su autoría.
El título (Murasaki) alude a uno de los nombres que recibe la protagonista, cuya biografía se narra en el libro. Nada tiene que ver, por cierto, esta Murasaki con la famosa escritora homónima del siglo XI, la autora de La historia de Genji. La protagonista del relato de Baquero Cruz tiene una vida muy azarosa y, en alguno de sus tramos, aventurera: pasa su niñez en la Corte, luego la llevan a una casa de prostitución, será dama de compañía de una aristócrata, después eremita, padecerá cautiverio bajo el poder de una tribu bárbara...
Como un libro de cuentos
La novela tiene la virtud de admitir una lectura azarosa, abriéndola por cualquier página, como si fuera un libro de cuentos. De hecho, a cualquier lector, en cuanto la termine, seguramente le apetecerá releerla abriéndola a capricho. Casi al modo de Rayuela de Cortázar, los capítulos de Murasaki pueden recorrerse en cualquier sentido. Esta posibilidad de doble lectura (la ordenada, siguiendo el argumento, y la libre y juguetona) es un atractivo más de una novela original y valiente, escrita con una prosa elegante, nada enfática, incluso cuando la historia se enciende y el libro parece inflamarse: el autor no pierde la sangre fría y cuenta con pulso de cirujano episodios de gran violencia o carnalidad. Esto último llama la atención: es un libro donde el sexo está muy presente y en el que se celebra la superioridad del placer sobre cualquier filosofía o razonamiento.
Por si a algún lector curioso le interesa releer a saltos la novela siguiendo los pasos de mis episodios favoritos, aquí les dejo mi selección particular: Grullas (en el que la protagonista, de niña, aprende a dibujar estas aves), El aguador (un cuento de aire tradicional y fantástico, maravilloso, que habría hecho las delicias de Borges), La noche y el viento (un onírico relato, muy ambiguo, sobre una felación que el príncipe Hitori obliga a Murasaki a hacerle), El joven de Oshima (sobre las reencarnaciones de un personaje) y El dios del bosque (emocionantísimo relato en el que se describe la caza del dios del bosque).
Ahora sólo espero que no pasen cuatro años hasta que Julio Baquero Cruz publique su próximo libro, cuyo argumento y estilo, en vista del amor del autor por las sorpresas, resulta inimaginable.
fuente: ABC
La lectura de la novela del palentino Julio Baquero Cruz ha resultado en general, compleja. Probablemente, como apuntábamos en uno de los clubes, porque a veces queremos leer todo de corrido, sin hacer pausas, sabiendo quizá que tenemos una fecha límite para la finalización. Y sin embargo, este libro hay que afrontarlo con calma, ajenos a la rapidez de nuestra sociedad. Siguiendo esa teoría no del todo reconocida aún del slow movement.
Pero la reconozcamos o no, nos guste o la odiemos... no nos queda otra. Porque nuestra situación actual es la pausa. #YoMeQuedoEnCasa. Quizá tendríamos que haber afrontado este libro ahora, durante la cuarentena.
Murasaki es un libro de conocimiento y encuentro personal, de viaje interior y filosofía. Una novela donde la metaliteratura es una protagonista más: con haikus, cuentos... con poesía pura.
Por cierto, cabe destacar que el sexo es una parte muy importante del libro, y aunque se trata a lo largo del libro de una manera objetiva y delicada, incluso a pesar de la crudeza de ciertas escenas, puede llegar a incomodar en algunas ocasiones.
Anatomía de Japón
Julio Baquero Cruz recrea maravillosamente la psicología y sociología del país nipón, demostrando un conocimiento profundo de su cultura
Actualizado:
Los lectores hemos tenido que esperar cuatro años para que Baquero Cruz haya publicado una nueva novela, Murasaki, también en la editorial Menoscuarto. El cambio respecto a El viaje de un nihilista no puede ser más radical. Baquero Cruz deja el mundo urbano europeo y la contemporaneidad y se pasa con armas y bagajes al Japón clásico, con resultados igualmente excelentes. Que nadie piense que Murasaki es una fantasía orientalizante, una «japonaiserie» decorativa: el autor no sólo recrea maravillosamente el país nipón en el tiempo de los samuráis, sino que (por lo que yo puedo juzgar) consigue el milagro de que los personajes sientan, piensen y se comporten como verdaderos japoneses. La narración discurre siempre con la lógica propia de la narrativa oriental, que es muy distinta de la nuestra, con capítulos a modo de estampas independientes, contadas con una fría objetividad y con unas elipsis que un autor occidental difícilmente se permitiría. También la psicología -y la sociología- son las propias de Japón: el sentido del deber, de la abnegación, su espiritualidad, las convenciones sociales, la forma de entender la sexualidad… Baquero Cruz demuestra un conocimiento profundo de lo japonés, casi una comunión con su cultura. El lector no tendrá la sensación de estar en una función de Madama Butterfly en la Arena de Verona, con sus «torii» de cartón fallero y las geishas con pelucones y kimonos de guardarropía, sino que descubrirá un relato del que emana tal sensación de verdad que parece escrito hace siglos y en el otro extremo del mundo. Su obra alcanza la misma excelencia literaria de Andrés Ibáñez en sus cuentos chinos de El perfume del cardamomo (Impedimenta, 2008), por citar una obra española reciente que también recrea una tradición literaria ajena. En ambos casos, si en la portada hubiera figurado el nombre de un escritor oriental, yo no habría dudado de su autoría.
El título (Murasaki) alude a uno de los nombres que recibe la protagonista, cuya biografía se narra en el libro. Nada tiene que ver, por cierto, esta Murasaki con la famosa escritora homónima del siglo XI, la autora de La historia de Genji. La protagonista del relato de Baquero Cruz tiene una vida muy azarosa y, en alguno de sus tramos, aventurera: pasa su niñez en la Corte, luego la llevan a una casa de prostitución, será dama de compañía de una aristócrata, después eremita, padecerá cautiverio bajo el poder de una tribu bárbara...
Como un libro de cuentos
La novela tiene la virtud de admitir una lectura azarosa, abriéndola por cualquier página, como si fuera un libro de cuentos. De hecho, a cualquier lector, en cuanto la termine, seguramente le apetecerá releerla abriéndola a capricho. Casi al modo de Rayuela de Cortázar, los capítulos de Murasaki pueden recorrerse en cualquier sentido. Esta posibilidad de doble lectura (la ordenada, siguiendo el argumento, y la libre y juguetona) es un atractivo más de una novela original y valiente, escrita con una prosa elegante, nada enfática, incluso cuando la historia se enciende y el libro parece inflamarse: el autor no pierde la sangre fría y cuenta con pulso de cirujano episodios de gran violencia o carnalidad. Esto último llama la atención: es un libro donde el sexo está muy presente y en el que se celebra la superioridad del placer sobre cualquier filosofía o razonamiento.
Por si a algún lector curioso le interesa releer a saltos la novela siguiendo los pasos de mis episodios favoritos, aquí les dejo mi selección particular: Grullas (en el que la protagonista, de niña, aprende a dibujar estas aves), El aguador (un cuento de aire tradicional y fantástico, maravilloso, que habría hecho las delicias de Borges), La noche y el viento (un onírico relato, muy ambiguo, sobre una felación que el príncipe Hitori obliga a Murasaki a hacerle), El joven de Oshima (sobre las reencarnaciones de un personaje) y El dios del bosque (emocionantísimo relato en el que se describe la caza del dios del bosque).
Ahora sólo espero que no pasen cuatro años hasta que Julio Baquero Cruz publique su próximo libro, cuyo argumento y estilo, en vista del amor del autor por las sorpresas, resulta inimaginable.
fuente: ABC
La lista de cumpleaños de Ana Manso
Pues sí, llevábamos un tiempo sin publicar entradas, y ahora es el momento, porque vamos a tener tiempo de sobra. Y es que #YoMeQuedoEnCasa por supuesto, la gente del club infantil nos quedamos en casa.
Llevamos dos libros sin comentarlo por el blog, así que vamos a empezar por el primero. La lista de cumpleaños de Ana Manso, un libro fantástico que nos habla de que las cosas, los objetos, no son tan importantes como parecen, y todo a raíz del cumpleaños de la prota, a la que le dicen que no pida nada material.
Y hemos hablado de qué cosas alternativas pediríamos. ahí van algunos ejemplos:
*Estar durante un año entero en Madrid.
*Tener una hermana.
*Ir dos meses a México.
*Tener móvil.
*Tener un hermano.
*Salir en la tele.
*Viajar a Serbia.
*Tener un gato pequeño
*Tener una mecha de color azul.
*Tener muchos amigos
*Ir a Malta y a roma
*Escribir un libro.
*Ser youbuter.
*Ir a Francia.
*Teñirme el pelo.
*Ir al cine.
**Tener un hámster.
*Ir a Portugal.
*Tener una mascota.
*Que mi prima venga a dormir a casa.
Llevamos dos libros sin comentarlo por el blog, así que vamos a empezar por el primero. La lista de cumpleaños de Ana Manso, un libro fantástico que nos habla de que las cosas, los objetos, no son tan importantes como parecen, y todo a raíz del cumpleaños de la prota, a la que le dicen que no pida nada material.
Y hemos hablado de qué cosas alternativas pediríamos. ahí van algunos ejemplos:
*Estar durante un año entero en Madrid.
*Tener una hermana.
*Ir dos meses a México.
*Tener móvil.
*Tener un hermano.
*Salir en la tele.
*Viajar a Serbia.
*Tener un gato pequeño
*Tener una mecha de color azul.
*Tener muchos amigos
*Ir a Malta y a roma
*Escribir un libro.
*Ser youbuter.
*Ir a Francia.
*Teñirme el pelo.
*Ir al cine.
**Tener un hámster.
*Ir a Portugal.
*Tener una mascota.
*Que mi prima venga a dormir a casa.
Cosmic de Frank Cottrell Boyce
Vamos con un poco de retraso con las entradas de los clubes de lectura juveniles, pero ahora que #YoMeQuedoEnCasa, nos podemos poner al día.
En febrero leímos Cosmic, un libro de Frank Cottrell Boyce que cada vez que lo leemos, nos encanta.
La historia, nos la recomienda también Pep Bruno, y nada mejor que las palabras de este escritor para describirla, "Es un libro ameno, lleno de golpes de humor, inteligente, a veces medio surrealista y bien resuelto. Uno de esos libros que tras leer no puedes dejar de recomendar y regalar. Y si además quieres saber alguna curiosidad sobre los astronautas, pues esta es una buena forma de empezar a adentrarte en ese mundo. Muy divertido, no dejes de leerlo"
Y en el club no hemos dejado de leerla desde luego, y además estuvimos reflexionando sobre las ventajas y desventajas de ser una persona adulta o niña. Ahí va el resultado
PEQUES
- desventajas
+Tienen que hacer deberes y estudiar
+no tenemos móvil (chos***)
+tenemos juguetes
+que si haz esto, que si haz lo otro... (jo)
- ventajas
+no tomamos decisiones importantes
+no tenemos que ir a trabajar (chupaos esa adultos)
+no pagamos por las cosas que compramos (aquí todo de gratis)
+no conducimos coches, motos, etc
MAYORES
- desventajas
+tienen que pagar más
+no saben jugar
- ventajas
+pueden tener caprichos
+nadie les dice qué hacer en casa
viernes, 6 de marzo de 2020
Pandemic
So I didn't really want to talk about this because it's
saturating the news and I thought all of us may be tired of hearing about it,
but at the same time precisely because it is all over the news it merits
discussion- the corona-virus outbreak.
Is this something that you are concerned about? What
actions should individuals take? What do you think governments should
do? Can this be considered a pandemic?
There has already been one death reported in Spain:
Have you seen the movie Contagion? It's pretty
good. Here's the trailer: