martes, 8 de diciembre de 2020

Jared Diamond, vídeos

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Con Yuval Noah Jarari, el autor de Sapiens, libro de ensayo leído también en el club de lectura.

Crisis de Jared Diamond

 

“Estados Unidos dejará de ser una democracia en breve”

Tengo 82 años. Nací en Boston y vivo en Los Ángeles. Soy fisiólogo, biólogo evolutivo, geógrafo y escritor. Tengo dos hijos gemelos (32). Soy demócrata al estilo liberal. ¿Creencias? No tengo. Soy miembro de la Academia de Artes y Ciencias. Me haría neozelandés, pero no me admiten por edad
Jared Diamond,biogeógrafo y premio Pulitzer

Qué tres personas admira más?

Homero, Tucídides, Bach.

Poeta, historiador, músico..., pero quiso ser científico.

Es que de niño vi por la ventana de casa a unos pajaritos saltando en el césped.

¿Y?

Sentí curiosidad: ¿qué nombre tenían? Y aún viajo por todo el planeta para ver pájaros.

¿Ha venido a España por eso?

Hay un córvido que sólo vive en España y en China. ¡Qué misterio! ¿No le parece curioso?

¿La curiosidad es su motor?

¡Sí! Quiero explicarme cosas a mí mismo.

Y a los demás, publicando lo que escribe.

Por si me lee un líder y evita repetir errores.

La curiosidad puede matar, también.

Scott murió por ir al polo Sur, pero Amundsen sobrevivió... y nos ha compensado.

¿Qué otros instintos nos empujan?

Tener hambre, un lugar donde dormir, tener sexo, prole, pertenecer a un grupo...

¿Y poder?

Los grupos humanos eran democracias directas hasta hace 10.500 años, pero la agricultura trajo alimento y así la población ­aumentó. Y entonces alguien tomó el mando.

¿A partir de cuánta población cuesta la democracia directa?

Más de diez mil personas la complican.

Y llegó la democracia representativa.

“La democracia es el peor de los sistemas, descartados todos los demás”, dijo Churchill, y yo estoy de acuerdo con el.

La pujanza de la cultura europa la llevó a los confines del mundo: ¿a qué lo atribuye?

A su geografía.

¿Qué tiene de particular?

China, tan avanzada durante milenios, goza de una superficie geográfica muy uniforme, que la hace estable y centrípeta. Europa, al contrario, sufre una geografía muy accidentada: Pirineos, Alpes, penínsulas, islas...

¿Y?

Conduce a sus pobladores a fragmentarse y aislarse, y se acantonan y se enfrentan: ¡compiten! Y eso los estimula y los centrifuga.

Hartos de nosotros, ¿nos largamos?

No hay rincón del mundo en el que no me tope con algún español.

España, ¿qué ha aportado al mundo?

Viajes y arte: la mitad de los 40 mejores artistas de la historia... ¡son españoles! Eso supone una prodigiosa sobrerrepresentación.

¿Qué me diría del caso catalán?

Lean a Tucídides: si el pequeño reta al grande, perece. El que convence al fuerte para ganarse la supervivencia... ¡triunfa!

Sabe usted de ciencia... y de historia.

La curiosidad me ha llevado a estudiar latín, griego, holandés, ruso, italiano, finés, alemán, indonesio, español... pero lo tengo oxidado. Y hablo la lengua de Papúa Nueva Guinea: voy allí a ver pájaros preciosos...

¿Dónde le gustaría vivir?

Un hijo mío se instala ahora en Nueva Zelanda, y yo me haría neozelandés... pero por desgracia no admiten a mayores de 56 años.

¿Dejaría Estados Unidos, pues?

Sí, porque en breve Estados Unidos dejará de ser una democracia.

Acaba de darme un titular.

Me duele y es mi gran temor. Democracia es que todos puedan votar, y hoy están creciendo allí las voces que quisieran privar del derecho al voto a amplios sectores sociales...

¿Está señalando al presidente Trump?

Si Donald Trump revalida su mandato, dentro de cinco años mi país dejaría de ser una democracia. Es muy posible. Si yo fuese treinta años más joven, me iría de mi país.

¿Qué futuro le ve a Rusia?

No le veo un futuro brillante, veo que la población rusa decae en los últimos años a causa de su penoso modelo de salud pública.

¿Y qué me dice de Europa?

Si Estados Unidos se autodestruye como democracia, podría relevarle en el liderazgo mundial..., siempre que la Unión Europea solvente su principal problema.

¿Cuál es?

El populismo localista. ¡Ni Napoleón unificó Europa! Sólo tras destrozaros entre vosotros concebisteis la magnífica idea de la Unión Europea: cultivadla si queréis prosperar.

Entiendo que habría votado contra el Brexit, de haber sido británico...

¡Sí! Hay demasiados británicos añorando un pasado mejor... lo que les condena a un futuro ­peor. El Reino Unido será pronto un país de tercera, si abandona la Unión Europea.

¿Víctima del populismo, no?

¡Claro! Populista es todo líder que culpa a un tercero de los males de su país o sociedad.

Uy, eso pasa mucho por aquí, también.

Toda receta simplista está errada. Ante toda crisis, debes discernir qué piezas de tu mosaico son prescindibles y renunciar a ellas, y cuáles son fundamentales y preservarlas.

Ojalá tomen nota los políticos.

Si un líder le dice a su sociedad que el malvado está fuera, ¡se delata como incompetente y populista! Si le votas, eres cómplice del populismo. Lo son los votantes de Trump, que culpa de los males a inmigrantes, intelectuales, periodistas de Washington: esto funciona en las urnas y mata la democracia.

fuente: la Vanguardia 

 

Jared Diamond: “El riesgo de una guerra nuclear por error es mayor ahora que en 1980”

El geógrafo estadounidense publica 'Crisis', un libro donde compara los declives colectivos de los países con los naufragios personales

 

Jared Diamond
El ensayista estadounidense Jared Diamond

Jared Diamond (Boston, Estados Unidos, 82 años) confía en las palabras de Churchill: “¡Nunca desperdicies una buena crisis!”. Diamond aprovechó las suyas. Ha tenido varias y por variadas razones: por temor a fracasar como científico de laboratorio, por afán de explorar otros campos (se pasó a la Geografía), por hundimiento de su primer matrimonio. De todo ese camino vital que ha recorrido en estas décadas, y de un segundo emparejamiento con una psicóloga clínica, ha extraído lecciones con las que ha armado su nuevo libro, Crisis (Debate, traducido por María Serrano), donde compara los declives colectivos de los países con los naufragios personales. Las naciones también necesitan una terapia que, como en cualquier crisis individual, requiere el reconocimiento del problema, la asunción de responsabilidades y la aceptación de ayuda, entre otras medidas.

La terapia de crisis surgió a raíz de un incendio ocurrido en una sala de fiestas de Boston en 1942. Murieron 492 personas. La ciudad sufrió un shock. El psiquiatra Erich Lindemann empezó a desplegar un método para abordar aquellos traumas con rapidez y precisión. Nada de escarbar hasta el Pleistoceno superior de cada vida ni de eternizar las sesiones. Buena parte de esas recomendaciones han sido trasladadas y adaptadas por Diamond en su listado de los 12 factores que influyen en el desenlace de desestabilizaciones políticas. Una suerte de guía práctica para gobernantes en crisis. “Si estás en una situación de crisis, lo primero que tienes que hacer es reconocer que lo estás. En mi país tenemos a este presidente superestúpido que es Trump, que niega que EE UU esté en crisis, sobre todo niega las que pueda haber causado él”.

Diamond, catedrático de Geografía de la Universidad de California, ha elegido siete países que han sufrido crisis agudas en el siglo XX por diferentes razones, como la Alemania renuente a aceptar su responsabilidad en la Segunda Guerra Mundial, la Finlandia que aprendió a convivir con su antiguo invasor ruso o el Japón que se abrió al mundo occidental. Otro de ellos es el Chile que apostó por el consenso para superar la dictadura de Pinochet y al que ahora ha regresado la violencia. “Las crisis personales aquí son muy buen ejemplo. Si resuelves una crisis matrimonial, ¿te garantiza eso que vas a ser feliz el resto de tu vida con tu marido? No. En Chile, lo que está ocurriendo ahora mismo, hay que relacionarlo con lo que pasó entre 1968 y 1990, los cambios económicos durante la era de Pinochet han causado mucha más desigualdad en el país”.

Una de las medidas propuestas para superar crisis es el reforzamiento del orgullo nacional. “Un cierto grado de identidad nacional es necesario, demasiada identidad nacional es un problema. Alemania, en la década de los treinta del siglo XX, tenía demasiada identidad nacional. Para la España actual podríamos decir que necesita más identidad nacional, que incluya no solo a los castellanos sino a los catalanes, a los vascos y a los gallegos”. España no figura en la lista de países analizados en el ensayo, pero Diamond tiene algunos elogios (la trascendencia histórica, la relevancia de sus artistas o la gestión de la Transición) y algunos consejos. “Hay que buscar modelos. Si tienes un problema personal, buscas otra gente que también lo haya tenido y lo haya resuelto. Si tienes un problema a nivel nacional busca otros países con problemas parecidos para ver como los han resuelto. España no es el primer país de la historia del mundo que ha tenido que enfrentarse a un movimiento secesionista y podría aprender de los países que lo han resuelto bien”. Diamond cita los ejemplos de Canadá y Holanda, que optaron por políticas para atraer a los independentistas. Y concluye: “Ayudaría muchísimo que hubiese un presidente del Gobierno catalán”.

Antes de enviar a los países al diván, Diamond se hizo famoso con una obra, Armas, gérmenes y acero, que mereció el Pulitzer en 1998. Es un ensayista que entusiasma por igual a Bill Clinton y a Bill Gates. Y que, pese a advertir de que el colapso de la humanidad puede estar a la vuelta de la esquina si no se enderezan algunos rumbos (el nuclear, el climático, el extractivo...), conserva cierto optimismo sobre el futuro de la especie. Solo la reelección de Trump en 2020 le haría apearse de ese tono entre prudente y esperanzado. “Vivir en un país con Trump me recuerda de alguna manera a la Alemania de 1933 o la Italia de 1922. Nos preocupa mucho el tema, igual por nuestra historia familiar, más que a otros americanos”, expone en referencia a sus orígenes judíos. “El mundo tiene problemas graves, es posible resolverlos. Cada vez más empresas y más gente se ocupan de intentar solucionarlos, por eso podemos ser optimistas, pero los problemas están haciéndose cada vez más grandes”.

En la cúspide de amenazas, sitúa el riesgo nuclear debido a todo el camino desandado en las últimas décadas. “La situación más peligrosa fue 1962 con la crisis de los misiles en Cuba, pero EE UU y Rusia aprendieron de esa crisis a estar en un constante diálogo. Sin embargo, desde el final de la guerra fría y la caída del muro de Berlín, cada vez hablan menos EE UU y Rusia. El riesgo de una guerra nuclear por error es ahora mayor que en 1980. Y hay riesgos más serios como India y Pakistán, EE UU y Corea del Norte o Irán e Israel”.

En otro de sus ensayos más célebres, Colapso, Diamond indagaba en las civilizaciones que habían desaparecido del planeta sin dejar huella. Ahora teme que la humanidad esté en la cuenta atrás hacia un colapso generalizado. “Si los problemas de un consumo no sostenible continúan a este ritmo, en pocas décadas habremos agotado los bosques, los bancos de pesca, la tierra cultivable, el agua potable… Hay unas pocas décadas para resolver los problemas. Si no hay una guerra nuclear, no va a morir en 2050 toda la humanidad, pero nos arriesgamos a no poder sostener una civilización de primer mundo más tiempo”, reflexiona. “En 2050, si no pasamos a un crecimiento sostenible, la gente a la que le va a ir bien serán mis amigos de Nueva Guinea porque saben fabricar herramientas con piedras y cultivar la tierra”.

fuente: El País

 

Jared Diamond: «Si respondemos a esta crisis como algunos líderes podemos ir al colapso»

El autor de «Crisis» analiza por qué unos países lo están haciendo mejor que otros en la lucha contra la pandemia
 

Biólogo, fisiólogo evolutivo, profesor de Geografía en la Universidad de California en Los Ángeles, Jared Diamond (Boston, 1937) es uno de los divulgadores científicos más prestigiosos y leídos del mundo. En 1998 ganó el Premio Pulitzer por su libro Armas, gérmenes y acero. Es autor también, entre otras obras, de Colapso y Crisis. Cómo reaccionan los países en los momentos decisivos (todas publicadas por Debate).

-En su último libro, «Crisis», cita la máxima de Churchill, «¡Nunca desperdicies una buena crisis!». ¿Cree que la crisis del covid-19 es una oportunidad para cambiar algunas cosas en la sociedad? ¿Qué lecciones deberíamos sacar? 

-Para el mundo entero, tanto en lo que refiere a las naciones como a los individuos, una crisis es una oportunidad para adoptar mejores formas de afrontar los problemas y para que salgamos más fuertes. Esa es una de las principales conclusiones de Crisis. Preveo dos tipos de lecciones que podríamos aprender y que permitirían que el mundo saliera más fuerte. Una lección se refiere a la importancia de estar preparado. Lamentablemente, el mundo no lo estaba para la crisis del covid-19. La otra lección se refiere a la importancia de la colaboración entre las naciones para afrontar los problemas mundiales.

-¿Por qué unos países están respondiendo mejor que otros?

-Existen grandes diferencias entre los países más poderosos, e incluso dentro de algunos de esos países, en su respuesta a la crisis. En un extremo, está el que mejor lo está haciendo, Finlandia, que estaba preparado para esta crisis al igual que lo está para cualquier otra. Finlandia adoptó una política de preparación para cualquier cosa debido a su experiencia durante la Segunda Guerra Mundial, cuando fue atacada por Rusia y aislada del mundo exterior debido al cierre de su estrecho acceso a los océanos a través del Mar Báltico. Desde la Segunda Guerra Mundial, el gobierno finlandés ha establecido instituciones que se preparan para enfrentar cualquier crisis, incluidas las pandemias. ¡Por supuesto que Finlandia había almacenado mascarillas, combustible, productos químicos, medicamentos y materiales industriales!

-Algún otro ejemplo.

-Singapur también estaba inicialmente bien preparado, nuevamente debido a su experiencia histórica de estar entre dos vecinos poderosos, Indonesia y Malasia, sabiendo que no puede permitirse cometer ningún error. Desafortunadamente, si bien Singapur tuvo mucho éxito al tratar las infecciones derivadas de los viajeros extranjeros, no se preparó para las que se propagaron dentro de los barracones densamente poblados para los trabajadores migrantes. Alemania, aunque no estaba preparada, respondió bien, porque los alemanes están acostumbrados a obedecer a su gobierno y a pensar en el bien común. La respuesta de Italia fue mixta, porque los italianos están acostumbrados a desobedecer a su gobierno. Pero han aprendido a obedecerlo si es por su bien personal, como por ejemplo usar cascos de motocicleta y mascarillas, aunque no si es por el bien común, como pagar impuestos.

-¿Y el caso de su país?

-Dentro de Estados Unidos, nuestro gobierno federal central no es tan fuerte como en países como Francia y Alemania; nuestros 50 estados tienen mucho poder, y difieren mucho unos de otros. La respuesta del Gobierno federal del presidente Trump ha sido una respuesta terrible de negación y desinformación, al igual que en la mayoría de los asuntos. Mi estado, California, tiene un gobernador inteligente y valiente que fue el primero en ordenar el cierre. En el extremo opuesto, los gobernadores de Texas, Mississippi y especialmente Georgia han estado adoptando políticas de ignorancia y negación.

-¿Está la humanidad en la cuenta atrás hacia un colapso generalizado que puede acelerar el covid-19?

- ¡Eso depende de cómo respondamos! Si el mundo responde tan mal como algunos líderes nacionales, podríamos estar dirigiéndonos hacia el colapso. Pero si respondemos tan bien como muchos líderes y pueblos, nuestra respuesta al covid-19 puede pasar a la historia como un triunfo mundial, en lugar de un colapso mundial.

«Espero que el covid-19 una al mundo por primera vez» 

Para el autor de El mundo hasta ayer, la globalización tiene dos caras. Por un lado, expande epidemias como la del covid-19 a todo el mundo. Por otro, aúna los esfuerzos de científicos de varios países para conseguir la vacuna.

-¿Le parece adecuada la comparación de esta pandemia con una guerra?

-Sí, la comparación de la pandemia con una guerra es una buena comparación. Las guerras unen a los países de manera más efectiva que cualquier otra amenaza. Piense en cómo los bombardeos de la Luftwaffe alemana en 1940 unieron a los británicos, y piense en cómo el ataque ruso del 30 de noviembre de 1939 a Finlandia unió a los finlandeses, y piense cómo el ataque de los japoneses a la base naval estadounidense de Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941 unió a los estadounidenses. Espero que el ataque del covid-19 una de manera similar al mundo entero, por primera vez en la historia.

-¿La globalización ha sido, en líneas generales, positiva o negativa para el mundo? ¿Y concretamente en esta pandemia del covid-19?

-La globalización ha sido tanto positiva como negativa para el mundo en la crisis actual, como en otros aspectos. Un efecto negativo es que el covid-19 se extendió por todo el mundo desde la ciudad de Wuhan en China a través de los aviones. El resultado es que una epidemia local en Wuhan se convirtió en una pandemia mundial: la segunda en la historia, después de la gripe de 1918. Ese es un efecto negativo de la globalización. Un efecto positivo de la globalización es la colaboración entre científicos chinos, estadounidenses y europeos en la lucha contra el covid-19, y el envío de suministros de algunos países a otros. Por ejemplo, los amigos de mi esposa en China le enviaron 700 mascarillas para que las entregara a médicos de hospitales de Los Ángeles. China también ha brindado ayuda a Italia y a algunos otros países.

«Hay que tomar a naciones con éxito como modelos, al igual que hacen los individuos»

«Cuando mi esposa Marie me describió los resultados que ella y sus compañeros terapeutas obtuvieron para saber por qué algunas personas superan las crisis personales y otras no, me di cuenta de que un método similar se podía aplicar a cómo las naciones lidian con las crisis nacionales, y ahora, cómo el mundo lo está haciendo con esta crisis mundial», asegura.

-¿Esta crisis es similar a las que trata en «Crisis»?

-Sí, sin duda. La mayoría de los capítulos de mi libro tratan sobre crisis nacionales a las que se enfrentaron países concretos, los que mejor conozco, en los que he vivido, a los que he visitado durante mucho tiempo y cuyos idiomas hablo. Pero el capítulo final trata sobre las crisis a las que se enfrenta el mundo entero hoy. La nueva perspectiva que ofrecía mi libro para comprender las crisis nacionales y mundiales era compararlas a las crisis personales, como son las resultantes de la ruptura de un matrimonio, la muerte de un ser querido o un revés financiero o de salud. Adopté esa perspectiva gracias a mi esposa Marie, que es una psicóloga clínica especializada en terapia de crisis, una rama de la terapia y el asesoramiento cuyo objetivo es ayudar a las personas a superar rápidamente una crisis aguda específica, en lugar de la psicoterapia habitual a largo plazo que tarda años para examinar la influencia de los eventos de la primera infancia en cuestiones generales de la vida.

-¿Qué terapia necesitamos ahora para superar esta crisis?

-La terapia que el mundo necesita ahora es similar a las que las naciones y los individuos han practicado con éxito ante las crisis.

El mundo, como las naciones y los individuos, tiene que comenzar reconociendo que hay una crisis mundial: si uno no reconoce una crisis por supuesto no se avanza para resolverla. El siguiente paso es aceptar la responsabilidad de hacer algo uno mismo, y no solo culpar a los demás: todavía hay demasiada culpa mutua en el mundo de hoy. El tercer paso es utilizar otras naciones exitosas como modelos, tal como las personas a menudo superan las crisis personales al tomar como modelos las acciones de amigos que se han enfrentado a algo similar. Brasil y México son ejemplos sobresalientes de naciones que hoy se niegan a aprender de ejemplos exitosos. Finalmente, la autoevaluación honesta es esencial para que el mundo supere la crisis del covid-19, igual que lo es para que las naciones y las personas superen sus propias crisis.

fuente: La Voz de Asturias