martes, 14 de enero de 2025

Si esto es un hombre - Primo Levi

PRIMO LEVI

Primo Levi: Los últimos ecos de 'un tatuado' | La Lectura

Primo Levi nació en Turín, Italia, el 31 de julio de 1919. Sus ancestros fueron judíos piamonteses que habían llegado de España y Provenza.

Al graduarse de la secundaria se inscribió como especialista en química en la Escuela de Ciencias de la Universidad de Turín (1937), justo antes de que el gobierno de Mussolini aprobara sus primeras leyes raciales (1938), que impedían a los judíos asistir a escuelas públicas. Sin embargo, se permitió a los estudiantes que ya estaban inscritos en la universidad terminar sus estudios. Levi se asoció con grupos de estudiantes antifascistas, tanto judíos, como no judíos. En 1941 se graduó con honores y excelentes calificaciones de la Universidad de Turín. Su título lleva la anotación: “de raza judía”. 

Las fuerzas armadas alemanas ocuparon el norte y centro de Italia. Levi se unió a la resistencia que operaba en el Valle de Aosta (una región al noroeste de Turín), pero fue arrestado junto con otros dos compañeros cerca de Brusson y fue enviado al campo de concentración de Fossoli, en la provincia de Módena.

En febrero de 1944, el campo fue tomado por los alemanes, quienes pusieron a Levi y otros prisioneros en un tren hacia Auschwitz. El viaje duró cinco días.

Aunque el campo fue liberado el 27 de enero de 1945, Levy no llegó a Turín hasta el 19 de octubre de ese año. Tras permanecer en un campo de la Unión Soviética que concentraba a ex prisioneros, inició un viaje indirecto a casa a través de Europa del Este con antiguos ciudadanos italianos que lucharon en la guerra entre el ejército italiano y el ejército ruso.

Al volver a Italia, ejerció como químico industrial en la factoría química SIVA en Turín. Pronto empezó a escribir sobre sus experiencias en el campo y su vuelta subsiguiente a casa a través de un largo periplo por la Europa del Este, en las que se convirtieron en sus dos memorias clásicas: Si esto es un hombre y La tregua, respectivamente. También escribió otras dos memorias muy apreciadas, Momentos de indulto y El sistema periódico. El primero lidia con personajes que observó durante su prisión. El segundo es una colección de piezas cortas, mayormente episodios de su vida, así como dos relatos, todos relacionados de algún modo con alguno de los elementos químicos. La ambiciosa novela Si ahora no, ¿cuándo?, que cuenta la historia de una banda de partisanos judíos durante la Segunda Guerra Mundial errantes por Rusia y Polonia, ganó los destacados premios Viareggio y Campiello cuando fue publicada en Italia e hizo a Levi internacionalmente conocido.

Sus relatos más conocidos se encuentran en La torcedura del mono (1978), una colección de cuentos sobre trabajo y trabajadores relatados por un narrador que recuerda al propio Levi.

Murió, aparentemente por suicidio, el 11 de abril de 1987; no dejó nota aclarando que se quitara la vida. La cuestión sigue fascinando a los críticos literarios debido a la mezcla característica de oscuridad y optimismo en la escritura de este autor. Levi se precipitó por el hueco de las escaleras de su edificio, desde el tercer piso en el que vivía. Algunas de las biografías publicadas con posterioridad explican este hecho como una consecuencia inevitable de las heridas abiertas de su estancia en Auschwitz, así como de los horrores que allí vivió, que se reflejan en su obra. Pero es un asunto controvertido, pues amigos cercanos, que hablaban a menudo con él, no previeron en ningún momento tal desenlace. Hay quienes argumentan que el método elegido para quitarse la vida quizá no fuera el más adecuado para alguien que posee conocimientos de química. Todavía se desconoce si fue realmente un suicidio.

SI ESTO ES UN HOMBRE


Los que vivís seguros
En vuestras casas caldeadas
Los que os encontráis, al volver por la tarde,
La comida caliente y los rostros amigos:

Considerad si es un hombre
Quien trabaja en el fango
Quien no conoce la paz
Quien lucha por la mitad de un panecillo
Quien muere por un sí o por un no.
Considerad si es una mujer
Quien no tiene cabellos ni nombre
Ni fuerzas para recordarlo
Vacía la mirada y frío el regazo Como una rana invernal.

Pensad que esto ha sucedido:
Os encomiendo estas palabras.
Grabadlas en vuestros corazones
Al estar en casa, al ir por la calle,
Al acostaros, al levantaros;
Repetídselas a vuestros hijos.

O que vuestra casa se derrumbe,
La enfermedad os imposibilite,
Vuestros descendientes os vuelvan el rostro.


Levi comenzó a escribir Si esto es un hombre casi inmediatamente después de la liberación de los campos, en 1946; tenía ya muy claro, incluso en ese momento de trauma, que era necesario dar cuenta de lo sucedido, para que el mundo supiera la verdad; para que no pudiera volver a repetirse. "Contaréis lo que pasa aquí y no os creerán", cuenta Levi (y otros supervivientes de los campos) que decían los oficiales de las SS. En efecto, la brutalidad de lo sucedido en Auschwitz, en Buchenwald, en Dachau, parecía superar la capacidad de asimilación y de comprensión humana (algo sobre lo que también reflexionan Kertész y Semprún en sus obras).

Si esto es un hombre es la narración, ni melodramática ni idealizada, de la experiencia de Primo Levi en los campos de concentración, desde su deportación junto con otros judíos italianos, hasta la liberación por el ejército ruso. Las vivencias aquí presentadas (el hambre, el cansancio extremo, la lucha por la supervivencia, las miserias físicas y morales, la muerte o la muerte en vida) nos resultan ahora ya conocidas, por la literatura y sobre todo por el cine de los últimos 70 años; pero pocas veces se han plasmado con tanta crudeza, con tanta sinceridad, con una conciencia tal clara del valor y la necesidad del testimonio.

Levi no huye de la crudeza, pero tampoco la busca; no cae en el kitsch ni en el maniqueísmo, un mal que aqueja a demasiadas obras recientes dedicadas al Holocasusto. Es un retrato brutal y polifónico, porque en él se incluyen también las historias (heroicas algunas, trágicas casi todas) de otros habitantes del lager, sobre los límites a los que se ve reducido un hombre sometido a aquellas condiciones: su progresiva pérdida de la dignidad, de la conciencia, de la humanidad.

Quizás porque las realidades descritas en el texto eran tan horribles que resultaban inverosímiles, hasta 1957 Primo Levi no consiguió que se lo publicara una gran editorial, Einaudi, que diez años antes había rechazado el manuscrito. Fue, en todo caso, a partir de esta fecha cuando Si esto es un hombre alcanzó difusión y notoriedad, animando a Primo Levi a escribir dos libros más sobre su experiencia en los campos: La Tregua (donde narra su regreso a Italia tras la liberación) y Los hundidos y los salvados, en el que reflexiona, ya desde cuarenta años de distancia, sobre el Holocausto, sus causas y sus consecuencias, tanto en las víctimas como en los verdugos (categorías más borrosas, según insiste Primo Levi, de lo que nos gustaría pensar).

Las obras de Primo Levi, y en especial este Si esto es un hombre, son un testimonio fundamental de uno de los mayores horrores de la historia; no solo por ser cronológicamente pioneras, sino sobre todo por su honestidad, su profundidad y su clarividencia.

Entonces por primera vez nos damos cuenta de que nuestra lengua no tiene palabras para expresar esta ofensa, la destrucción de un hombre. En un instante, con intuición casi profética, se nos ha revelado la realidad: hemos llegado al fondo. Más bajo no puede llegarse: una condición humana más miserable no existe, y no puede imaginarse. No tenemos nada nuestro: nos han quitado las ropas, los zapatos, hasta los cabellos; si hablamos no nos escucharán, y si nos escuchasen no nos entenderían. Nos quitarán hasta el nombre: y si queremos conservarlo deberemos encontrar en nosotros la fuerza de obrar de tal manera que, detrás del nombre, algo nuestro, algo de lo que hemos sido, permanezca.

Sabemos que es difícil que alguien pueda entenderlo, y está bien que sea así. Pero pensad cuánto valor, cuánto significado se encierra aún en las más pequeñas de nuestras costumbres cotidianas, en los cien objetos nuestros que el más humilde mendigo posee: un pañuelo, una carta vieja, la foto de una persona querida. Estas cosas son parte de nosotros, casi como miembros de nuestro cuerpo; y es impensable que nos veamos privados de ellas, en nuestro mundo, sin que inmediatamente encontremos otras que las sustituyan, otros objetos que son nuestros porque custodian y suscitan nuestros recuerdos.

Imaginaos ahora un hombre a quien, además de a sus personas amadas, se le quiten la casa, las costumbres, las ropas, todo, literalmente todo lo que posee: será un hombre vacío, reducido al sufrimiento y a la necesidad, falto de dignidad y de juicio, porque a quien lo ha perdido todo fácilmente le sucede perderse a sí mismo; hasta tal punto que se podrá decidir sin remordimiento su vida o su muerte prescindiendo de cualquier sentimiento de afinidad humana; en el caso más afortunado, apoyándose meramente en la valoración de su utilidad. Comprenderéis ahora el doble significado del término «Campo de aniquilación», y veréis claramente lo que queremos decir con esta frase: yacer en el fondo.

 

La Avería, Friedrich Dürrenmatt


Friedrich Dürrenmatt fue un destacado escritor y dramaturgo suizo, nacido el 5 de enero de 1921 en  Zúrich. Es conocido por su aguda crítica social y su capacidad para abordar temas complejos a través de la comedia y la tragedia. A lo largo de su vida, Dürrenmatt exploró cuestiones filosóficas y morales, utilizando su obra como un medio para cuestionar la naturaleza humana y las estructuras de poder. Su estilo literario es único y ha dejado una huella imborrable en la literatura contemporánea.Friedrich Dürrenmatt: Der Spurt zu sich selbst

Primeros años y educación

Friedrich Dürrenmatt creció en una familia de origen suizo, su padre era un pastor protestante, lo que influyó en su visión del mundo. Desde joven, mostró un gran interés por la literatura y las artes. A pesar de las dificultades económicas que atravesó su familia durante su infancia, siempre tuvo acceso a libros y obras de teatro que alimentaron su imaginación. A los 18 años, Dürrenmatt comenzó a estudiar en la Universidad de Zúrich, donde se dedicó a la filosofía y la literatura. Este período fue fundamental para su desarrollo como escritor, ya que se empapó de las ideas de autores como Friedrich Nietzsche y Franz Kafka.

Durante su tiempo en la universidad, Dürrenmatt también se interesó por el teatro y comenzó a escribir sus propias obras. Sus primeras experiencias en el escenario fueron marcadas por la Segunda Guerra Mundial, un evento que tuvo un profundo impacto en su vida y su obra. La guerra le hizo reflexionar sobre la condición humana y la moralidad, temas que se volverían recurrentes en sus escritos. Además, su servicio militar en el ejército suizo lo expuso a diversas realidades sociales y políticas que más tarde influirían en sus obras.

Obras destacadas

A lo largo de su carrera, Dürrenmatt escribió numerosas obras de teatro, novelas y ensayos. Su obra más famosa, “La visita de la anciana dama”, fue publicada en 1956 y se ha convertido en un clásico del teatro moderno. La trama gira en torno a Claire Zachanassian, una mujer rica que regresa a su pueblo natal para vengarse de un antiguo amante. La obra aborda temas como la venganza, la justicia y la moralidad, y ha sido interpretada en múltiples idiomas en todo el mundo.

Otra de sus obras más reconocidas es “Los físicos”, escrita en 1962.

Temas recurrentes en su obra

Los escritos de Dürrenmatt están marcados por una serie de temas recurrentes que reflejan su visión del mundo. Uno de los más destacados es la dualidad de la naturaleza humana. A menudo, sus personajes se enfrentan a dilemas morales que ponen en cuestión su integridad y sus decisiones. Esta exploración de la psicología humana es una constante en su obra, lo que permite al lector reflexionar sobre sus propias acciones y motivaciones.

Otro tema importante es la crítica a la sociedad. Dürrenmatt no dudó en cuestionar las estructuras de poder y las injusticias sociales. A través de su obra, denuncia la hipocresía y la corrupción que a menudo se encuentran en las instituciones. Esto se puede ver claramente en obras como “La visita de la anciana dama”, donde el pueblo se ve atrapado en un ciclo de avaricia y moralidad cuestionable.

Estilo literario

El estilo de Dürrenmatt es conocido por su combinación de humor y tragedia. A menudo, utiliza el absurdo como una herramienta para transmitir mensajes profundos sobre la condición humana. Sus diálogos son agudos y llenos de ironía, lo que añade una capa de complejidad a sus personajes y situaciones. Además, Dürrenmatt juega con las expectativas del público, desafiando las convenciones del teatro tradicional y ofreciendo finales inesperados que invitan a la reflexión.

La estructura de sus obras también es notable. Dürrenmatt a menudo emplea una narrativa no lineal, lo que permite que los eventos se desarrollen de manera impredecible. Esta técnica ayuda a mantener el interés del público y a enfatizar la naturaleza caótica de la vida. En sus obras, la lógica y la razón a menudo se ven superadas por la irracionalidad y el absurdo, lo que refleja su visión pesimista de la humanidad.

Al igual que Bertolt Brecht (1898-1956), cuyas teorías sobre el teatro épico estudió Dürrenmatt y junto a quien se le considera el “teórico más original”, él quería distanciar al público de lo que sucedía en el escenario. El espectador ya no debe asumir el papel de un consumidor pasivo. Se le debe animar a pensar por sí mismo.

El legado de Dürrenmatt perdura en la actualidad. Sus obras siguen siendo representadas en teatros de todo el mundo y continúan inspirando a nuevas generaciones de escritores y dramaturgos. Su enfoque crítico y su habilidad para explorar temas complejos lo han convertido en una figura clave en la literatura contemporánea. Además, su capacidad para abordar cuestiones universales sobre la moralidad y la naturaleza humana asegura que su trabajo siga siendo relevante en un mundo en constante cambio.

Influencia en el teatro contemporáneo

La influencia de Dürrenmatt en el teatro contemporáneo es innegable. Su estilo innovador y su enfoque crítico han inspirado a dramaturgos de todo el mundo. Muchos autores han tomado prestados elementos de su técnica, especialmente su uso del absurdo y la ironía. Su capacidad para combinar la comedia con la tragedia ha abierto nuevas posibilidades para la narrativa teatral, permitiendo a otros explorar temas serios de una manera accesible y entretenida.

Además, su obra ha fomentado un diálogo sobre la responsabilidad social del artista. Dürrenmatt creía que los escritores y dramaturgos tenían la obligación de abordar cuestiones sociales y políticas en su trabajo. Este enfoque ha influido en generaciones de escritores que buscan utilizar su voz para provocar cambios en la sociedad y desafiar las normas establecidas.

Fuente: Vida Icónica

La avería, de Friedrich Dürrenmatt

La avería (2ªED): 1 (SERIE MENOR) : Dürrenmatt, Friedrich, Jorge Seca:  Amazon.es: LibrosSuspense y humor en un juego para abordar el principio de la justicia.

Genial, redonda. Esta breve novela de Friedrich Dürrenmatt (Konolfingen, Berna, 1921-Neuchâtel, 1990) cuenta una historia ingeniosa e inteligente. Su protagonista, Alfredo Traps, representante en el sector textil, está de viaje y su coche –un Studebaker– sufre una avería. Le daría tiempo a volver a casa con su mujer y sus cuatro hijos, pero decide pasar la noche en un pueblo cercano; entre otras porque, quizás, podría surgirle alguna aventura con una jovencilla. La casa de huéspedes en la que piensa alojarse no tiene habitaciones libres, así que se dirige a la vivienda de un anciano que de vez en cuando recibe viajeros. Es un juez jubilado y en su compañía y en la de tres amigos suyos también jubilados Traps pasará una velada memorable embarcándose en un juego que le divertirá, perturbará y descolocará.

Ese juego, que también divierte, perturba y descoloca a quien se sumerge placenteramente en la novela, le sirve a Dürrenmatt para abordar uno de sus temas predilectos: la fundamentación del principio de justicia. “La doble moral burguesa, el concepto de libertad y responsabilidad individual o la afinidad entre el juicio moral y el estético en un mundo que trastoca el concepto de mal por el de avería o error recorren también este texto: gran literatura que no copia la realidad, sino que «amenaza con volverse realidad» ella misma”, apunta la editorial Periférica en la contracubierta de esta edición que pertenece a su nueva colección Serie menor.

Esta colección, que se inaugura con Ballena, de Paul Gadenne, Un día en la vida de un virus, de Miguel Pita, y con esta La avería, se presenta en la web de la editorial como “una defensa de una literatura «termita», que no es menos poderosa por ser más diminuta. A la vez que novelas y cuentos, crónicas autobiográficas, ensayos o textos híbridos de las más diversas disciplinas, estas obras de formato cómodo también son, a su manera, pequeños tratados de una gran sabiduría vital, inagotables, destinados a perdurar, breves libros prácticos con una larga resonancia tanto artística”.

La avería se desarrolla en 112 páginas, pero de un formato mínimo (108 x 168 mm) en una edición muy agradable y cuidada que tiene el detalle de incluir pocas pero bien escogidas notas a pie de página, la mayoría para traducir los apellidos de los personajes, cuya elección no es gratuita, sino que redondea sus caracteres. Traps, por ejemplo, significa tramposo y Kummer, angustia y preocupación, sustantivos estos que encajan muy bien con el papel que le toca jugar a uno de los amigos del anfitrión.

La estupenda construcción de los perfiles es una de las grandes bazas de la obra a través de las descripciones de sus físicos y de sus atuendos, de sus palabras y formas de hablar y de sus coherentes respuestas ante las distintas situaciones. Ellos, con sus discursos, sus carcajadas y su disfrute de la suculenta cena, sostienen esta novela a la que no le falta ni le sobra nada, que mide muy bien cada escena de aire cinematográfico y teatral (no es de extrañar que haya sido adaptada tanto al cine como al teatro con directores como Ettore Scola en el primer caso y Blanca Portillo en el segundo) y que es capaz de aunar magistralmente comedia, suspense y tragedia en un relato vivaz que aborda de forma aparentemente ligera –solo aparentemente– un tema de gran hondura como es el de la justicia. En la primera (y muy breve) parte de la obra solo está Dürrenmatt –todavía no han aparecido Traps ni los jubilados, ni se ha averiado el coche– y sus reflexiones hacen intuir que será mejor explorar en las distintas capas de lectura de lo que viene a continuación. Hay mucha filosofía en el juego que se desarrolla en esa opípara cena.      

Fuente: estandarte