lunes, 9 de noviembre de 2020

Elvira Sastre, la soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida

BIOGRAFÍA


Elvira Sastre nace en Segovia el verano de 1992 y ya desde muy pequeña, gracias a la influencia de su padre, muestra su amor por la lectura. A los doce años escribe su primer poema y tres años más tarde abre un blog, «Relocos y Recuerdos», que a día de hoy mantiene activo. Poco tiempo después, gana el premio de poesía “Emiliano Barral” con el relato corto Saudade. Unos años más tarde, se instala en Madrid para cursar el grado universitario de Estudios Ingleses, sin saber que ese cambio lanzaría su carrera poética al cielo de la capital. 

 En Madrid, Elvira continúa escribiendo y comienza a participar en eventos poéticos acompañada de cantautores consagrados como Adriana Moragues, Manu Míguez y Diego Ojeda e importantes poetas como Carlos Salem y Escandar Algeet. Con mucho trabajo y gracias a su talento, llegará con los años a compartir escenario con artistas como Andrés Suárez, Luis García Montero, Raquel Lanseros, Marwan o Benjamín Prado. 

 Poco a poco, Elvira Sastre se va haciendo un nombre en el circuito cultural madrileño y es entonces cuando la editorial Lapsus Calami se interesa por su obra: juntos publican «Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo», en diciembre del 2013, con prólogo del afamado Benjamín Prado. Es el propio Benjamín quien apuesta por ella y por su poesía, y de ese modo le abre el camino al mundo de la poesía contemporánea española. Unos meses después, en mayo de 2014, la importante editorial Valparaíso Ediciones, con sede en España y en América Latina, le propone publicar su segundo poemario: «Baluarte», con el que aún se mantiene en los primeros puestos de los libros de poesía más vendidos del país y con el que causa furor en otros países de habla hispana como México, Argentina o Colombia. Entre medias, la poeta edita con la también ilustradora Adriana Moragues un proyecto artístico-literario llamado «Tú la Acuarela / Yo la Lírica» que casa la poesía de Elvira con las acuarelas de Adriana y del que venden más de mil copias. Un tiempo después, Sastre publica «Ya nadie baila», una antología que reúne poemas de sus dos primeros libros y un puñado de inéditos, con la editorial Valparaíso Ediciones. 

Al mismo tiempo, Elvira Sastre dedica parte de su tiempo a la traducción. Recién terminado el máster de Traducción Literaria por la Universidad Complutense de Madrid, la autora vio publicado su primer trabajo como traductora, en este caso de poesía, en la editorial Valparaíso Ediciones: «Los hijos de Bob Dylan», del autor norte-americano Gordon E. McNeer. Posteriormente, ha traducido al inglés las letras de los dos últimos discos de Vetusta Morla, «La Deriva» y «Mismo sitio, Distinto lugar»; «Poemas de amor» del afamado Oscar Wilde, con prólogo incluido, también en Valparaíso Ediciones; «Otras maneras de usar la boca», de Rupi Kaur, con la editorial Espasa; y las novelas «Todo es mentira», de E. Lockhart, y «Una conexión ilógica», de John Corey Whaley, con la editorial Alfaguara. 

La carrera poética de Elvira Sastre, la poesía visceral y directa que presenta así como su cercanía con el lector permiten a la poeta participar en festivales y eventos literarios de importancia tales como la Feria del Libro de Bogotá (FILBO), el Festival Eñe, la Feria del Libro de Madrid y de Soria, el Festival de Narradores Orales de Segovia, la Feria del Libro de Buenos Aires, el Festival Inverso, el Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de México 2015 o el Festival de las Líneas de su Mano en Bogotá, y demás jornadas culturales. Del mismo modo, la poeta ha dado conferencias en varias universidades de Estados Unidos como North Georgia University, Emory University y Hofstra University. En España, ha estado en la Universidad de Granada, donde también prepara una tesis, y lleva dos años recorriendo distintos institutos de la península con el programa «Encuentros Literarios» del Ministerio de Educación. 

Elvira Sastre compagina su carrera poética con la escritura y la traducción. La poeta publica en diciembre de 2016 su cuarto poemario, «La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida» (ed. Visor), con la prestigiosa editorial de poesía Visor. A los dos días de publicarse, ya estaba en marcha la segunda edición. Dos años después, en 2018, la poeta publica «Aquella orilla nuestra» bajo el sello Alfaguara, un libro en el que convergen los textos en prosa y aforismos de la poeta con las ilustraciones de Emba, artista uruguayo con el que colaboró previamente en la portada de «La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida». 

Es en 2018 cuando la poeta da el salto a los medios de comunicación y comienza a colaborar con El País con artículos semanales bajo el título «Madrid me mata», en los que Sastre comenta sus impresiones sobre la ciudad en la que vive. 

En 2019 llega una gran oportunidad para la escritora: la concesión del Premio Biblioteca Breve 2019 por su primera novela, «Días sin ti», concedido por un jurado compuesto por Rosa Montero, Agustín Fernández-Mallo, Pere Gimferrer, Lola Larumbe y Elena Ramírez y editada por Seix Barral. Esta primera incursión en la narrativa consolida a Elvira Sastre dentro del panorama nacional e internacional como una de las escritoras más importantes de su generación. Además del Premio Biblioteca Breve, la autora ha recibido los premios «Sombra del Ciprés 2018» y «Premio Joven Solidario DO La Mancha». 

En 2019 aparece en la Revista Forbes dentro de la lista «Los cien más creativos», compartiendo espacio con grandes talentos del panorama mundial. En ese mismo año presenta bajo el titulo “Desordenados” un recital poético musical junto al cantautor Andrés Suárez, que supone una de las ideas más ambiciosas de ambos. Un trabajo colaborativo en el que mezclaron los poemas y las canciones para poner en valor la palabra, el verso, la música de autor y demostrar que se pueden llenar estadios con la poesía. Más de 4000 personas acudieron al WiZink Center para disfrutar de este espectáculo. Tras del éxito de Desordenados, Elvira publica “Elvira en voz” un albúm donde apuesta por un formato musical para sus poemas, en el que presenta un total de doce poemas recitados sobre una banda sonora. 

En el presente, Elvira Sastre continúa presentando sus obras por España y por América Latina mientras sigue desarrollando su labor creativa y prepara una gira por América Latina. Su último y muy esperado lanzamiento, «Adiós al frío», publicado de nuevo por la prestigiosa editorial «Visor», reúne varios poemas escritos en los últimos cuatro años, la gran mayoría inéditos. 

Fuente: www.elvirasastre.net

 

El orgullo poético de Elvira Sastre

  • La calidad juvenil de su poesía junta la experiencia actual de la vida propia de las redes con las herencias del género y las demandas íntimas de su lírica
  • El libro es la historia de una ruptura amorosa, una meditación que salta del pasado al presente y del hoy a la intuición del futuro 

Luis García Montero losdiablosazules@infolibre.es 23/06/2017

 

Hay uno notable interés por la poesía entre los lectores jóvenes. Es un buen acontecimiento. Se identifican con la experiencia sentimental de los poetas jóvenes, el tejido de sueños, amores, desamores, incertidumbres y compromisos que conforman las voces de su edad. Y los viejos lectores de poesía nos interesamos, buscamos, distinguimos, acostumbrados a diferenciar las coyunturas y la profundidad, el ruido de las modas y la necesidad de unas palabras verdaderas.

Hace ya un tiempo que leo con mucho interés la poesía de Elvira Sastre, una mujer más bien silenciosa, dueña discreta de su mundo interior en las conversaciones, celosa de sus sentimientos y decidida en sus secretos. El querer escuchar más que hablar suele ser un buen signo de la identidad poética. Por eso la discreta contención de su carácter en la vida se transforma en la expresividad rotunda de su poesía, una apuesta de darse del todo en cada palabra, en cada pensamiento, en cada verso.

Lo compruebo leyendo La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida (Visor, 2017). El libro es la historia de una ruptura amorosa, una meditación que salta del pasado al presente y del hoy a la intuición del futuro para tomar conciencia de lo que se rompe. La voz nueva de Elvira Sastre se nutre de sus estudios de filología inglesa y de maestros asumidos como Benjamín Prado. La escritura nace de la escritura, una tradición permanente que se hace y se deshace para permanecer. La calidad juvenil de la poesía de Elvira junta la experiencia actual de la vida propia de las redes sociales con las herencias del género y las demandas más íntimas de su lírica. Los versos de Benjamín Prado, maestro en paradojas y en versos con voluntad aforística, encuentran afinidades electivas con la comunicación instantánea de la tecnología social y con las obsesiones de una ruptura sentimental, proclive a los deseos contradictorios y al hierro veloz y candente de las verdades últimas.

La ruptura amorosa, en su ir y venir, conduce a la paradoja: “el silencio es el único lugar / en el que me quedan palabras”. Conduce también a la sabiduría intensiva que provocan las certezas de la incertidumbre, las huellas de lo vivido: “lo peor del abandono no es el silencio, es la puerta abierta”. O: “la libertad también está / en los ojos que te miran cuando tú ya no te ves”. O: “que te acomodes en mi tristeza / y aprendas que en las huidas también se llega a algún lugar”. Paradojas, aforismos y comparaciones encajan bien en un ritmo poético marcado por las insistencias y la voluntad enumerativa. La anáfora es una buena compañía para los versos que buscan de manera directa un tú: “Me pregunto qué piensas…”, “Me pregunto si aún podría confundirte…”, “Me pregunto si aún recuerdas…”.

En la tradición poética contemporánea, Bécquer y Juan Ramón por medio, es normal que el tú de la poesía amorosa acabe confundido con la poesía misma. La relación con la persona amada acaba configurando un diálogo metapoético[1] en el que la plenitud, las dificultades, la fusión o la pérdida tienen que ver con las ambiciones de la palabra lírica. En La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida, el tú del amor tiene un rostro preciso. Es una realidad, un tú con historia, ojos, manos y pechos. Por eso el orgullo lírico no se define en el tú metapoético, sino en un proceso íntimo que convierte a la poesía en el lugar propicio para que la autora se enfrente a su yo. Un yo concebido aquí como la herida abierta por un tú.

Así creo que se fija la apuesta de Elvira Sastre por la poesía, una apuesta verdadera, más allá de modas. Se trata de una necesidad. Elvira se sabe poeta y convierte a la poesía en el lugar único para entenderse con ella misma, una dinámica inseparable de su darse a los demás a través de las palabras. La poesía es el lugar de su soledad: “mirar a unos ojos que no te miran”. Es el lugar de las preguntas: “¿Qué puede darme la tierra que / no haya visto ya sobre tus manos”. Es el lugar del miedo: “decir alto tu nombre y no encogerme / asustada”. Es el lugar del dolor y la tristeza: “Me duele un pasado que no cicatriza”. Es el lugar del silencio y el ruido: “Hazlo como quieras, pero hazlo con ruido. / No me dejes a solas con mi silencio”. Es el lugar del deseo de nacer de nuevo y del reconocimiento de que tal vez el dolor sea el único patrimonio que nos mantiene con vida. Quizá por eso resulte muy arriesgado perderlo. La poesía es, en fin, el lugar en el que Elvira Sastre puede darse, contarse, entenderse a sí misma:

Sé que pronto ya no pasará nada,
que este mar me traerá las mismas olas,
que estas malditas palabras ocuparan cada frase
y pronto no tendré nada que contar
que no hable de esta soledad obligada.


La declaración manifiesta en el diálogo con el otro, con los lectores, con las redes, el darse a los demás, se vuelve sobre sí misma para reconocer su íntima soledad. Y un reconocerse.

Elvira Sastre firma en esta conciencia su apuesta por la poesía verdadera.

*Luis García Montero es escritor y profesor de Literatura. https://www.infolibre.es/noticias/los_diablos_azules/2017/06/23/el_orgullo_poetico_elvira_sastre_66742_1821.html

 

Elvira Sastre: "Siempre me he sentido a salvo sola"

JAIME CEDILLO

La joven poeta de 24 años acaba de publicar su libro La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida (Visor), un poemario que reúne las características de su autora, a la vez clásico y contemporáneo, romántico y analítico, suave y rebelde, diáfano y misterioso.

En pleno fuego cruzado por la polémica sobre la calidad de los poetas que más venden en España, Elvira Sastre (Segovia, 1992) ha salido prácticamente indemne de las críticas más feroces. La jovencísima escritora, que ya ha publicado tres poemarios y una antología, forma parte de esa generación de poetas que surgieron hace muy pocos años en las redes sociales, pero ha sido la única en publicar en una editorial como Visor. El atrevimiento para transformar el lenguaje, la evolución hacia una poesía más simbolista y menos evidente, o la habilidad para construir versos tan poderosos como "sólo aquel que entiende mi silencio / merece mi palabra", entre otras cualidades, la han convertido en una de las mejores poetas del momento, además de ser un éxito comercial. Se ha obsesionado en ponerle zancadillas al tiempo y aunque le quede mucho por decir, prefiere adelantarse: "¿Qué puede darme la tierra / que no haya visto ya sobre tus manos?", advierte en uno de los versos que componen su nuevo libro.

Pregunta.- ¿Qué ocurrió desde que escribió sus primeros versos hasta que publicó su primer poemario?
Respuesta.- Desde pequeña tenía un cuaderno. Luego empecé a subir textos a Fotolog, la única red social que había antes, y conocí a gente que le gustaba lo que yo hacía. Después creé el
blog que aún mantengo y la cuenta de Twitter, que se prestaba mucho a subir versos. Un día que estaba de exámenes decidí subir un vídeo que ahora me avergüenza mucho (risas), una editorial lo vio y decidió contactar conmigo.

P.- ¿Cree que su poesía ha tomado un rumbo, definitivamente? En su primer libro, 43 maneras de soltarse el pelo, hay grandes hallazgos pero ahora todo esto se ha transformado en una identidad.
R.- Creo que sí. A mí no me gusta sacar libros iguales, no le veo sentido. Creo que mis libros son distintos entre ellos porque cuentan cosas distintas. Entre el primer libro y el de ahora ha habido muchas lecturas que me han traído a esto. Por ejemplo, a mí no me gustaba corregir los poemas que escribía y ahora sí lo hago, me preocupo más por el ritmo y por la melodía, etc.

P.- Desde sus inicios, su obra se ha caracterizado por la libertad absoluta en la escritura y el lenguaje coloquial. Sin embargo, en este libro ya no aparecen versos como el tan celebrado "A la mierda el conformismo". ¿Significa que ha experimentado una madurez poética?
R.- Sí, y también he cuidado el lenguaje. A veces recupero poemas para recitales y me digo que ahora yo no escribiría esto de esta manera, sobre todo cuando aparecen tacos. Tampoco los cambiaría porque en aquel momento lo sentía así, aunque es cierto que ahora la madurez me hace escribir con calma, y esa fuerza y esa pasión las describo de otra forma.

P.- ¿Cree en la uniformidad de los poemarios? ¿Escribe para un construir un libro o recopila poemas?
R.- Depende. En Baluarte, mi segundo libro, se mezclan varios conceptos y los poemas, de distinta naturaleza, también tienen sentido por separado. En cambio, La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida es más conceptual -los poemas hablan de una etapa, que se abre y se cierra en este libro-, monotemático, y precisamente por eso es más fino.

P.- En la presentación de su nuevo libro en la FNAC, hablaba de la posibilidad literaria de crear belleza a partir del daño. ¿Cómo se lleva a cabo esto?
R.- Tenemos la suerte de que la escritura sea nuestro medio de expresión porque te da un montón de direcciones a las que apuntar y encontrar las respuestas que necesitas. Para mí la poesía es un desahogo que me ayuda cuando estoy mal. Luego te das cuenta de que a partir de un sentimiento doloroso se ha creado un poema con imágenes bonitas. Se puede sacar belleza de ese dolor.

P.- Es curioso lo que apunta Benjamín Prado en la faja de su nuevo libro: que las palabras espejo e isla son las dos más repetidas del poemario. ¿Cree que es pura casualidad o tienen un significado especial?
R.- Me di cuenta cuando corregí los poemas y entregué el libro. Siempre estoy con el conflicto de estos dos conceptos y también el de la libertad. Supongo que era como me sentía al escribir estos poemas: desterrada como una isla.

P.- Precisamente la libertad y la isla son términos antagónicos pero se complementan perfectamente en su literatura.
R.- Sí, porque siempre me he sentido muy a salvo cuando me he encontrado sola.

P.- De estos versos podrían extraerse aforismos que casi podrían sobrevivir de manera autónoma ("Huir de uno mismo es correr hacia las cosas que nos dañan"). ¿Ha pensado en escribir un libro de aforismos?
R.- Podría hacerlo si los hubiera guardado. En realidad, muchos de los versos o aforismos que subo a las redes sociales luego forman parte de poemas, les encuentro su lugar y me parece que ahí están mejor desarrollados.

P.- ¿Qué opina sobre la polémica en torno a los poetas de las redes sociales, a quienes se les cuestiona la calidad literaria o incluso a veces su naturaleza de poetas, y sin embargo copan las listas de ventas de poesía en España?
R.- Es cierto que el número de seguidores de un perfil en una red social no garantiza la calidad pero también es difícil ser editor de poesía. No dejan de ser empresas, y antes, cuando se vendían 50 ejemplares de un libro de poesía, perdían dinero con la impresión. Por ahí, les entiendo, pero es un error fijarse sólo en quién vende. A mí me cabrea ver ciertas cosas en las librerías porque creo que tiene que haber un propósito de ofrecer calidad, al menos por respeto al lector. Por otro lado,algunas opiniones al respecto no se hacen desde la objetividad.

P.- ¿Cree que hay una campaña de acoso y derribo, quizás envidia?
R.- No lo sé, pero desde luego a veces te hacen preguntarte si esas opiniones nacen de una frustración propia. En este país el triunfo ajeno no se tolera, además de que ahora hay una moda de "no estar a la moda". A mí me han venido a disculparse por haberme encasillado cuando ni siquiera me habían leído. Cuando ves este tipo de cosas, tratas de seguir tu carrera y tomar buenas decisiones. Yo me he dejado acompañar por quien tenía que acompañarme y he sabido decir que no muchas veces.

P.- ¿A qué tipo de cosas?
R.- Talonarios o cheques por publicar en ciertos sitios que a mí no me atraían. Cuando vendes te llegan proposiciones jugosas, pero yo he sabido tener los pies en la tierra.

P.- ¿Se ha sentido abrumada por tanto respaldo a nivel de público? ¿Ha creído alguna vez que podría ser contraproducente?
R.- Más que por el público, al que siempre le agradeceré todo, te sientes a veces presionada y te preguntas si las editoriales vienen a ti porque realmente les gustas o sólo porque vendes. Yo lo he notado; al final, se acaba teniendo un sexto sentido con esto. Por ejemplo, no me fío de un editor al que yo le doy un libro y me lo manda sin ninguna corrección. Yo eso lo valoro, porque ahí ves quién se preocupa por la poesía y quién no.

P.- ¿Cómo ha sido la experiencia con su primera novela que acaba de terminar?
R.- Seix Barral me lo propuso por sorpresa. Ha sido un proceso largo, frustrante a veces, pero otras muchas he acabado con un gran subidón después de terminar un capítulo. He resumido en doce etapas el proceso de recuperación después de un fracaso amoroso, a través de dos historias contrapuestas. Aún no tiene título.[1]

P.- ¿En un futuro, se ve como novelista o como poeta?
R.- La experiencia de la novela me ha gustado y creo que volvería a repetir, pero la poesía es inherente a mí. Seguiré haciendo poesía aunque no me la publiquen o no me lea nadie.

P.- Ahora que tiene toda la poesía por delante, ¿en qué quiere convertirse?
R.- Me gustaría que mis libros llegaran a todos los lugares del mundo. En cuanto a lo demás, quiero seguir yendo a más porque me queda mucho por recorrer y por aprender.

@JaimeCedilloMar Fuente: https://elcultural.com/Elvira-Sastre-Siempre-me-he-sentido-a-salvo-sola



[1] Se llama Días sin ti y ganó el premio Biblioteca breve en 2019.




[1] Metapoesía: Metapoesía es el discurso poético cuyo asunto, o uno de cuyos asuntos, es el hecho mismo de escribir poesía y la relación entre autor, texto y público. Con otras palabras, un metapoema es un poema que tiene dos niveles discursivos paralelos. En el primero, se trata de lo que habitualmente entendemos por poema. En el segundo, que discurre paralelamente al primero, y entremezclado con él, el poema reflexiona sobre su propia naturaleza, su origen, condicionamientos y demás circunstancias- Guillermo Carnero, La corte de los poetas.

 

5 comentarios:

  1. La poesía de Elvira Sastre, desconocida para mi me ha gustado,en estos momentos que quizás nos encontramos las personas mas solas,hay muchas frases interesantes como "la soledad es mirar a unos ojos que no te miran".pero también como piensa ella siempre me he sentido a salvo sola
    para ella la poesía es un desahogo que la ayuda cuando esta mal,y creo que a sus lectores también les puede ayudar,ya que de ese sentimiento de dolor ha creado belleza

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  2. Elvira sastre tiene una trayectoria en ascenso y se la ve muy preparada, pero a mi personalmente me gustó más su novela que su poesía.
    La poesía es como la música, es cuestión de piel y la primera vez no me erizo; cuando lo vuelves a leer ya vas descubriendo cosas que te llegan y si sigues leyendo ya sacas frases para dejarlas anotadas en letras mayúsculas.
    Lo malo es si te quedas en la primera vez y te pierdes cosas hermosas.
    Me ha gustado mucho RUIDO
    Si te marchas
    hazlo con ruido:
    rompe ventanas,
    insulta a mis recuerdos,
    tira al suelo todos y cada uno
    de mis intentos
    de alcanzarte,
    convierte en grito a los orgasmos,
    golpea con rabia el calor
    abandonado, la calma fallecida, el amor
    que no resiste,
    destroza la casa
    que no volverá a ser hogar.
    Hazlo como quieras,
    pero hazlo con ruido.
    No me dejes a solas con mi silencio.

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    Respuestas
    1. tengo pendiente la lectura de su novela... hasta entonces no puedo hablar :)

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  3. ¡me alegro de que hayas disfrutado con su lectura!

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  4. José Manuel - club de lectura de los jueves19 de enero de 2021, 3:33

    EL SENTIR DE UN MINI POEMARIO
    Después de leer y recitar las poesías de La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida, he seleccionado cuatro palabras que se repiten a lo largo de los poemas generando un hilo conductor a lo largo de una vida. Un libro pequeño pero con un profundo sentir, con mucha enjundia.
    Hueco: 8 veces. Espacio de tiempo que fragua el desamor y soledad ; huella de lo vivido.
    Ventana: 10 veces. Libre como un pájaro, quietud y paz; Caracola de mar y flores del campo y aire fresco.
    Puerta: 11 veces. Candado , cierre de los malos tiempos azarosos, cárcel, miedo, incertidumbre, tiempo pasado.
    Amor: 15 veces. Todo lo que se puede pesar, contar o medir. Pero la palabra en sí guarda ya silencio ( historia).

    He seleccionado las frases que más me han gustado e impresionado y como más realidad.
    Mi daño es algo que elijo yo.
    No daré respuestas a quien no acepta mis preguntas.
    La soledad es mirar a unos ojos que no te miran.
    La pregunta que solo es pregunta.
    Olvidé también tu manera de quererme.
    No fuimos más que dos personas construyendo un recuerdo.
    Quizás no me importe la soledad porque fue lo único que me dejaste.
    La única manera de vaciarse de amor es llenándose de silencio.
    No vuela quien tiene alas, sino quién tiene un cielo
    Club: De lectura del jueves
    Fdo.: J.M.S.

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