En la sesión de diciembre del club de lectura, con motivo del centenario de su primera publicación, hemos leído el ya clásico Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez.
Aunque la mayor parte de las personas asistentes tenido un primer acercamiento al libro durante la infancia, cuando los profesores y profesoras nos lo habían hecho leer...
lo cierto es que no ha sidohasta ahora, en edad adulta, cuando realmente hemos disfrutado de su lectura, cuando lo hemos redescubierto.
En pocas tertulias se ha hecho un elogio unánime a la obra, pero sin duda esta ha sido una de ellas. Si bien hemos reconocido que es un libro difícil, que no se puede leer de corrido, sino saboreándolo poco a poco; nos hemos deleitado en su lectura, en su cromatismo, en su riqueza de vocabulario, y nos hemos trasladado con cada página a lomos de Platero, notando su suavidad, su dulzura y ternura, a Moguer.
Aunque la mayor parte de las personas asistentes tenido un primer acercamiento al libro durante la infancia, cuando los profesores y profesoras nos lo habían hecho leer...
"Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se
diría todo de algodón, que no lleva huesos."
diría todo de algodón, que no lleva huesos."
lo cierto es que no ha sidohasta ahora, en edad adulta, cuando realmente hemos disfrutado de su lectura, cuando lo hemos redescubierto.
En pocas tertulias se ha hecho un elogio unánime a la obra, pero sin duda esta ha sido una de ellas. Si bien hemos reconocido que es un libro difícil, que no se puede leer de corrido, sino saboreándolo poco a poco; nos hemos deleitado en su lectura, en su cromatismo, en su riqueza de vocabulario, y nos hemos trasladado con cada página a lomos de Platero, notando su suavidad, su dulzura y ternura, a Moguer.
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