¡Hola compañer@s lector@s!
El libro de este mes LAS LAGRIMAS
DE S. LORENZO de Julio Llamazares, nos ha parecido un libro intimista, cada
cual lo ha sentido a su manera, la relación del personaje principal con su
hijo, con sus padres, con los amigos y las amantes, incluso con la muerte y la
patria; conduce a la reflexión de nuestras propias experiencias y vivencias
personales.
¿Es un alma errante por decisión, en busca de su
propia identidad o huye de las responsabilidades y de su insatisfacción? El
debate está servido, hay puntos de vista en las dos direcciones, como en casi
todo lo concerniente a esta novela, de lo que no cabe duda es que el autor
consigue remover e inspirar sentimientos.
La melancolía, la nostalgia y la añoranza de otros
tiempos se repiten con cada estrella, con cada recuerdo en toda la historia;
que a una parte del grupo nos ha resultado un poco tediosa y monótona. Puede
ser un recurso literario o quizás una alegoría a la vida que no deja de ser una
repetición de sentimientos, encuentros y desencuentros.
El paso del tiempo, la soledad humana y el cielo
con sus estrellas, son los otros protagonistas de esta historia, el tiempo que
pasa inexorablemente para todos, la soledad que se apodera de nosotros, incluso
estando acompañados y que este hombre, como tantas personas más, parece
perseguir a lo largo de su vida y el cielo y sus estrellas, el mismo que ve,
vaya donde vaya y le une a sus seres queridos, algunos ya desaparecidos, como
las estrellas fugaces.
Dos frases que personalmente me parece que resumen
de algún modo lo que el autor quiere reflejar son:
“El tiempo es lo único que permanece y que nos
sobrevivirá cuando ya no estemos.” Y “La vida es eso que te sucede mientras
estas ocupado haciendo otros planes.”
Para terminar el desconcierto y la polémica de la
frase final: ¿NO SERÁ DIOS EL TIEMPO?
Aquí lo dejo, ya lo comentaremos en la reunión
conjunta.
Saludos desde Venta de Baños.
Carmen
Aragón
No hay comentarios:
Publicar un comentario