600 y pico páginas de Libertad dan para comentar muchas cosas, y la sesión del club de lectura se nos queda sin duda muy corta. Con el libro leído o a medias, la impresión ha sido que Jonathan Franzen ha querido escribir un bestseller, una historia que repasa la vida de una familia durante varias décadas, sus éxitos, sus fracasos, sus errores, sus caídas, pero también sus renacimientos a lo pájaro Fénix.
Libertad en general nos ha gustado, pero sin encantarnos. Hemos seguido a Patty, Richard, Joey y Walter con gusto, porque es un libro sencillo de leer, muy ágil a pesar de la cantidad de páginas. Hay quienes habrían preferido que no hubiera final feliz, y quienes se cansaban de la mala relación entre el matrimonio y la cuarta en discordia: Lalitah. Pero también nos ha sorprendido gratamente cómo está escrita la parte autobiográfica de Patty, para la que usa una tercera persona que hasta casi el final no nos damos cuenta de que es ella misma.
Muchas reflexiones se han quedado en el tintero, porque la libertad es un tema complicado que da para horas interminables de debate, pero durante la sesión fueron surgiendo otros temas muy enriquecedores como el naturalismo y el realismo.
Veremos si la opinión del club de lectura de los jueves, que comentan la novela en enero coincide.