El sábado 23 de octubre pudimos disfrutar en streaming de una conversación con Emmanuel Carrère para distintos clubes de lectura organizada por la Fundación Princesa de Asturias.
Esperamos verdaderamente que por fin, el curso que viene podamos acercarnos allí a encontrarnos con la próxima persona ganadora de este galardón.
Director de cine, guionista y escritor, Emmanuel Carrère
(París, 1957), nuevo Premio Princesa de Asturias de las Letras, es autor
de ensayos, biografías, reportajes, novelas y un grupo de obras –las
más conocidas– que encajan en el género de la autoficción, del que se ha
convertido en una de las voces más prestigiosas. Así puede apreciarse
en su última obra, Yoga, que, sin embargo, ha provocado que el autor francés haya decidido dar por finalizada esta etapa de su trayectoria literaria.
Como novelista, Carrère se inició con Bravura (1984), donde mezcla la fantasía, la realidad y la ficción en una novela que transcurre por diferentes episodios históricos. El bigote
(1986) es una obra con un planteamiento original: el protagonista
decide afeitarse su bigote y descubre que nadie se da cuenta de este
hecho; al contrario, nadie pensaba que lo tuviera, lo que le provoca una
aguda crisis de identidad.
Después publicó la biografía novelada Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos (1993), dedicada a uno de sus escritores favoritos, el autor de ciencia-ficción Philip K. Dick. Una semana en la nieve (1995)
es una novela en la que el realismo y un soterrado terror traspasan las
peripecias, inventadas o no, que vive un niño en sus vacaciones en un
campamento de esquí.
Autoficción y reportaje
Tras esta obra hay un drástico cambio en su manera de enfocar la literatura. En 2000, con El adversario, uno de sus libros más celebrados, comienza a emplear las técnicas de la autoficción y del nuevo periodismo. El adversario
se centra en un caso real: el asesinato que cometió en 1993 Jean-Claude
Romand de su mujer, sus dos hijos y sus padres. La novela cuenta el
largo historial de embustes del asesino, que llevó una doble identidad
durante dieciocho años. Carrère conoció por la prensa estos hechos y
decidió escribir un libro. Para ello, asistió a todas las sesiones del
juicio, conoció de primera mano los testimonios, visitó los lugares que
frecuentó Romand, se carteó con el asesino, le visitó en alguna ocasión
en la cárcel… El autor francés se introduce en el relato contando sus
pesquisas y las conclusiones que va extrayendo de lo que sale a relucir
en el proceso.
A continuación publicó Una novela rusa (2007), en la que el
autor y narrador se convierte en protagonista del libro, contando un año
de su vida. Con un intimismo crudo y radical, Carrère fuerza el relato
autobiográfico. En 2009 aparece De vidas ajenas, donde decide contar la vida de unas personas que conoce, aunque el yo del autor sigue traspasando todo el libro.
Carrère es capaz de descubrir insólitos personajes que le
sirven de modelo para ofrecer una atrevida disección de la cultura
contemporánea
Otra de sus grandes obras es Limónov (2012). En ella, vuelve
a mezclar de manera atrayente e ingeniosa los géneros literarios para
contar la biografía de un personaje real, desmesurado, Limónov, un
exiliado ruso, constante viajero, que se mueve por los bajos fondos de
diferentes ciudades, escribe novelas y, asqueado del mundo capitalista,
funda el Partido Bolchevique. Acaba en la cárcel, pero no abandona una
ideología caótica repleta de surrealistas contradicciones. Carrère, hijo
de la historiadora Hélène Carrère d’Encausse,
especializada en el régimen soviético, realiza una radiografía
anárquica de la Rusia actual sirviéndose de un esperpéntico personaje.
Este libro tuvo muchísimo éxito en todo el mundo.
En El Reino
(2015) vuelve a convertir sus propias peripecias en la principal
materia narrativa del libro. En este caso, cuenta su conversión al
catolicismo tras un periodo de profunda depresión y su posterior
desencanto y decepción. La obra incluye un personalísimo y parcial
análisis de los Hechos de los Apóstoles.
Al año siguiente publicó Calais (2016), un reportaje sobre la incidencia de la inmigración en esta ciudad francesa.
Su última obra publicada es Yoga,
en la que cuenta diferentes episodios de su vida, como su pasión por el
yoga, la muerte de uno de sus mejores amigos, su caída en una profunda
depresión y su colaboración en algunas actividades solidarias.
Una mirada muy personal
Carrère ha conseguido ser uno de los máximos representantes de una
renovadora manera de narrar que combina el relato biográfico con los
recursos del reportaje periodístico. Su literatura resulta muy amena por
la facilidad que tiene para indagar en su propia intimidad y en
cuestiones reales y cercanas a los lectores.
Es cierto que, a veces, el peso del yo ahoga y cercena las
posibilidades literarias de los asuntos que está contando, traspasados
continuamente por una única y dominante manera de mirar la realidad,
obsesiva y subjetiva, que puede incluso llevar a manipular esa realidad
en detrimento de otros personajes. Aborda, además, cuestiones muy
actuales, aunque las muestre de una manera cómodamente crítica y a veces
superficial, aunque no den esa apariencia.
Pero su estilo ofrece un individualismo novedoso que plantea
interesantes retos narrativos. Además, es capaz de descubrir en la
realidad insólitos personajes que le sirven de modelo para ofrecer una
atrevida disección de las luces y sombras de la cultura contemporánea.
Emmanuel Carrère: "Lo que le permite a uno mantenerse a flote es estar consciente de que todas las etapas son transitorias"
Norberto Paredes
Festival Digital Colombia@BBC Mundo
Poco
después, Carrère ofreció su propia versión en el diario Libération,
asegurando que respetó las peticiones de su exmujer y "fue mucho más
lejos", haciéndole leer no solo las líneas que le concernían sino todo
el libro, que enmendó "no una, sino dos veces".
Para muchos, la polémica en torno a "Yoga" hizo que el libro fuera excluido de la segunda selección del codiciado premio Goncourt -uno
de los galardones literarios más importantes de Francia-, a pesar de
que era uno de los grandes favoritos para hacerse con la distinción.
A
lo largo de "Yoga", el parisino hace gala de su sentido del humor dando
distintas definiciones de lo que son la meditación y el yoga.
Su concepto favorito de la primera, cuenta, es uno que toma prestado "del budismo Zen más rústico": "meditar es orinar cuando orinas y hacer caca cuando haces caca".
Carrère
es uno de los autores más prominentes de su país. Y aunque utilizó la
ficción para darse a conocer, ahora destaca por los relatos que escribe
en primera persona sobre su vida y la de otros.
Para
muchos críticos, con la publicación en 2000 de "El adversario" -un
relato sobre un mitómano que mató a toda su familia y luego intentó
suicidarse, una historia real que conmocionó a Francia en los años 90-
Carrère marcó un antes y un después del género.
Lo
adaptó y lo hizo suyo, concibiendo obras que incluyen relatos muy
íntimos mezclados con reportaje, filosofía y hechos históricos, como
"Una novela rusa", "Limónov" y "El reino".
Lo
que sigue es un extracto del diálogo que BBC Mundo tuvo con el
galardonado autor, que ha sido calificado como uno de los escritores
vivos "más interesantes de nuestros tiempos".
¿Por qué ahora escribes novelas no ficción cuando tuviste tanto éxito con tus libros de ficción?
No
se trata de una elección ideológica ni de una preferencia por la no
ficción sobre la ficción. De hecho, no es totalmente imposible que algún
día vuelva a escribir novelas de ficción.
Digamos
que desde "El adversario", un libro que relata un caso criminal, me
adentré en el territorio particular de la no ficción, donde uno se
enfrenta a lo real y donde nos exponemos mucho más a una especie de
respuesta surrealista inesperada.
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Me
parece más honesto contar una historia de la que formo parte, o con
cuyos personajes he tenido interacciones, que contarla como si fuera
Dios".
Es
básicamente como la diferencia en el cine entre hacer una película de
ciencia ficción, con actores y un guion, y rodar un documental en el que
nunca sabes lo que va a pasar o a dónde te va a llevar.
Esa incertidumbre, esa apertura a lo desconocido, es algo que me encanta, con los peligros que representa.
En los últimos años son además cada vez más personales. ¿Por qué?
En
cierto modo está relacionado con el hecho de que escribir historias
basadas en hechos o personajes reales me obliga a exponerme también.
Me
parece más honesto contar una historia de la que formo parte, o con
cuyos personajes he tenido interacciones, que contarla como si fuera
dios o pudiera ver las cosas desde el planeta Marte.
Cuando hago no ficción, las interacciones que puedo tener con los personajes forman parte de la obra.
En "Yoga", hablas de tu admiración por "los pocos hombres" que saben que vinieron a la tierra solamente para contemplar el cielo, como tu amigo Hervé. ¿Eres uno de ellos?
(Risas).
Me encantaría, me encantaría... pero no podría decir eso. No. Diría que
la razón por la que me siento en la Tierra es más bien para tratar de
formar frases que reflejen mi experiencia como ser humano.
También hablas de la salud física y mental y citas
el concepto de Freud, que dijo que la salud física es ser capaz de amar
y trabajar. Me imagino que es un concepto con el que estás de acuerdo, pero ¿qué significa para ti estar en buena salud física y mental? ¿Cómo haces para tratar de mantenerla?
Absolutamente, esa definición de Freud es muy cierta.
En
realidad, no soy la mejor persona para hablar de salud física y mental:
en mi libro hablo de la enorme depresión que atravesé.
Pero
pienso que lo que le permite a uno mantener la salud física, o al menos
mantenerse a flote, es estar consciente de que todas las etapas son
transitorias.
Puede
parecer tonto y banal dicho de esa manera, pero con frecuencia dentro
de las banalidades encontramos las cosas más ciertas.
Hay que estar consciente de que las etapas marcadas por la controversia no son absolutas.
También es importante saber que cuando pasas por un momento de mucho dolor, en algún punto lo vas a superar.
Y,
de la misma forma, cuando las cosas van muy bien, no está mal decirse
que la buena racha no va a durar. No se trata de ser pesimista, sino de
ser realista.
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Es
importante saber que cuando pasas por un momento de mucho dolor, en
algún punto lo vas a superar. Y cuando las cosas van muy bien, no está
mal decirse que no va a durar".
Hay que aceptar la idea de que existen ciclos.
A lo largo de "Yoga", también das varias definiciones de meditación, ¿cuál es tu favorita?
(Risas)
Hay una que voy a citar y que es una definición que proviene realmente
del budismo Zen más rústico y es: "la meditación es orinar cuando orinas
y hacer caca cuando haces caca".
¿Por qué te gusta tanto esa definición?
No
es hallazgo paradójico mío, es una definición clásica que quiere decir
que es algo muy simple y su dificultad es precisamente hacer de eso algo
simple.
Solamente es hacer lo que uno está haciendo mientras lo hace, en lugar de agregar capas, comentarios y razonamiento.
¿Cómo la meditación y el yoga te han ayudado personalmente?
Siempre
resulta complicado responder a eso, porque es como el psicoanálisis:
uno nunca sabe qué habría pasado si uno nunca hubiera hecho.
Pero
tanto la meditación como el yoga son de gran utilidad y todos los que
las practican terminan por darse cuenta de que ayudan mucho.
Por
supuesto, uno podría decir lo mismo de correr y de todas esas
disciplinas que son a la vez físicas y que aportan beneficios físicos,
pero que también hacen un trabajo de fondo sobre la conciencia.
Idealmente,
te ayudan a aumentar el área y la capacidad de conciencia. Son
actividades extremadamente benéficas en muchos ámbitos.
¿Son para todo el mundo?
Totalmente.
Bueno, hay personas cuyo temperamento no les permite del todo
practicarlas, pero que pueden encontrar otras formas de meditación, que
pueden ser las artes marciales, por ejemplo.
Creo que incluso uno puede jugar fútbol como una forma de meditación.
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El yoga no sería yoga si no fuera para todo el mundo".
Pero creo que cada uno puede encontrar lo que mejor le convenga.
El yoga no sería yoga si no fuera para todo el mundo.
¿Qué significa el yoga para Emmanuel Carrère aparte de la"bienfaisante gymnastique" (un tipo de gimnasia que hace bien)?
Es, ante todo, la"bienfaisante gymnastique", en cualquier caso.
Pero
también es la idea de que esta "gimnasia" que trae beneficios físicos
poco a poco puede llevar incluso a una transformación de la consciencia.
Y si no llegas allí, al menos habrás hecho ejercicio, lo cual ya es bastante.
¿Cuáles son tus referencias actuales? ¿En quién te reconoces?
¿En
literatura? Tal vez sea muy pretencioso decir esto, pero actualmente no
hay ningún escritor del que yo me sienta cercano, que me haga decir que
hacemos un poco la misma cosa.
(Pausa).
Espera. Hay un escritor inglés con el que siento cierta cercanía: Geoff
Dyer. Escribe cosas muy buenas, en las que habla de sí mismo, y del
mundo, con mucho humor y mucho ingenio.
¿Ya pensaste en escribir un libro sobre 2020? ¿Sobre qué iría?
Sí.
Obligado por las circunstancias, hace poco comencé un libro estilo
documental sobre un par de calles del barrio en el que vivo en París.
Trato de describirlas, de describir a la gente que hace vida acá.
Es
una especie de diario, en realidad, en el que, por supuesto, he anotado
cosas que vi que pasaron durante este año absolutamente espantoso que
fue 2020.